El debate sobre el color real de este vestido, explicado por la ciencia
ha explotado por este . Millones de personas han comenzado un gigantesco e histérico debate sobre su . Unos lo ven azul y negro, otros blanco y dorado. Tal cual. ¿Ilusión óptica? Afortunadamente algunos han explicado científicamente qué demonios ocurre.
Si te lo has perdido, el asunto comenzó ayer noche hora EST-Latam/madrugada hora española. Y empezó con esta colgada en Tumblr y la pregunta de su autora Swiked: “por favor, ayudadme – ¿es este vestido blanco y dorado, o azul y negro? Mis amigos y yo no nos ponemos de acuerdo y nos estamos volviendo locos”.
La foto comenzó a circular y compartirse por Internet a la velocidad de la luz. Y no había acuerdo: unos lo veían azul y negro, otros blanco y dorado. Y hasta algunos aseguraban que lo veían cambiando de color, unas veces de uno y otras de otro. Básicamante, algo así:
El vestido original de hecho es este de la marca Roman (debajo), que zanja el debate del color “real” de la prenda, pero no de por qué en la pantalla de los móviles, tabletas y ordenadores unos lo vemos azul y negro y otros blanco y dorado. ¿Por qué ocurre?
¿Qué está ocurriendo?
En realidad, es simplemente una ilusión óptica. La explicación detrás del diferente color que percibe la gente en la pantalla tiene que ver con la percepción que hace nuestro cerebro de los colores y es un tema que los investigadores han estudiado durante años. Una situación similar se da en el tablero de ajedrez debajo, una famosa ilusión óptica creada en 1995 por Edward H. Adelson, profesor del MIT:
Los cuadrados A y B de la imagen, aunque no lo parezcan, son del mismo color, pero nuestro cerebro los percibe de color completamente diferente. Lo explicó muy bien en una ocasión el divulgador científico Alasdair Willkins a nuestros compañeros de io9:
“¿Cómo es posible? Mucho se explica por la sombra proyectada por el cilindro verde. Tal y como Adelson (creador de la ilusión) lo explica, el cerebro tiene que decidir cuánta luz viene de la superficie de cada cuadrado del tablero. Esto se conoce como la luminancia de cada cuadrado, por lo que el cerebro también tiene que descifrar cuánta luminancia (o ausencia de ella) es causada por el color de la superficie y cuánta es creada por las sombras. Es decir, tiene que decidir dónde están las sombras y luego compensar por ellas, y ahí es donde empiezan los problemas.”
Adelson explica parte de este proceso:
“El primer truco se basa en el constraste respecto a lo que hay alrededor. Esté o no en la sombra, un cuadrado que sea de un color más claro que los cuadrados que le rodean va a ser más claro que la media, y viceversa. En la imagen, el cuadrado claro en la sombra (B) está rodeado de cuadrados más oscuros. Es decir, aunque el cuadrado físicamente es oscuro, es más claro al compararlo con sus vecinos. El cuadrado oscuro fuera de la sombra (A), sin embargo, está rodeado de cuadrados claros, por lo que ocurre el proceso contrario.”
“El segundo truco se basa en el hecho de que las sombras suelen tener bordes suavizados, graduales, mientras que imágenes como los cuadrados de la foto tienen bordes muy delimitados. Nuestro sistema visual tiende a ignorar cambios graduales en el nivel de luz para poder determinar el color de las superficies sin ser engañado por las sombras. En esta imagen del tablero, la sombra se ve como una sombra, básicamente porque tiene bordes degradados y porque el objeto sobre el que está es perfectamente visible.”
¿Cómo funciona todo esto respecto a la ya famosa foto del vestido? Como explican muy bien en Wired:
“La luz entra en el ojo a través del cristalino – diferentes longitudes de onda se corresponden con diferentes colores. La luz llega a la retina en la parte trasera del ojo, donde los pigmentos inician conexiones neuronales con el córtex visual, la parte del cerebro que procesa esas señales en imágenes. Ese primer haz de luz está hecho de cualquiera de las longitudes de onda que iluminan el mundo, reflejándose en lo que sea que estés mirando. Sin que te tengas que preocupar, tu cerebro descifra qué color está rebotando sobre la cosa que estás mirando y básicamente obtiene una interpretación del color “real” del objeto.”
“Generalmente este sistema funciona bien. Pero con la imagen del vestido hay algún tipo de barrera de percepción. Y eso probablemente tiene que ver con la forma en la que funciona ese mismo sistema. Los seres humanos hemos evolucionado para ver durante la luz del día, pero la luz del día cambia el color. Ese eje cromático cambia del rojo rosado antes del amanecer al azul-blanco en plena luz del día y luego de vuelta al color rojizo. “Lo que está ocurriendo aquí es que tu sistema visual está mirando a esa imagen, y está tratando de descontar la diferencia en grados de color del eje cromático de la luz diurna”, dice Bevil Conway, neurocientífica del Wellesley College. “Así que la gente o descuenta la parte azul del vestido, en cuyo caso acaban viendo la prenda como de color blanco y dorado, o descuentan la parte percibida como dorada, en cuyo caso acaban viéndolo azul y negro”. (Conway de hecho lo ve azul y naranja).”
Es decir, el contexto nos está jugando una mala pasada en esta imagen o, mejor dicho, a nuestro cerebro. Nuestros ojos intentan descifrar cuál es el contexto en el que están los colores que perciben. Cuando la luminancia y el color se combinan, cerebros diferentes asignarán más peso a uno que a otro, resultando en percepciones ligeramente (o muy) diferentes.
El vestido en cuestión puede que sea azul y negro al verlo en persona, pero al menos en esta foto, el color está en el cerebro de quien lo mira. ¿De qué color lo ves tú?
Fuente: Gizmodo