El dilema de la fertilización con tres padres
Una controvertida técnica de fertilización in vitro con material genético de tres padres sí es una opción ética para prevenir la transmisión de enfermedades, afirman científicos británicos.
El tratamiento, que actualmente está prohibido en el Reino Unido, involucra la creación de embriones con material de dos mujeres y un hombre.
Y se utiliza en algunos países para evitar que una madre transmita a su bebé las llamadas enfermedades mitocondriales.
Ahora, el Consejo Nuffield de Bioética, un organismo independiente de expertos en bioética médica, afirma que tras revisar los asuntos éticos que rodean a este procedimiento encontró que la técnica puede beneficiar a miles de familias y liberar a muchos niños de “estos trastornos muy severos e incapacitantes”.
Las enfermedades mitrocondriales son causadas por un defecto en la mitocondria, los “motores” de las células.
Estas pequeñas estructuras que rodean al núcleo de la célula cuentan con un número de genes que pueden afectar la función mitocondrial.
Los defectos en estos genes pueden conducir a trastornos graves que provocan enfermedad del corazón, enfermedad renal y hepática, enfermedad cerebrovascular, demencia, ceguera y muerte prematura.
Los síntomas pueden comenzar a cualquier edad en un individuo afectado y no existe una cura para estas enfermedades.
Como la mitocondria se transfiere de la madre al niño, la IVF de tres padres involucra extraer el núcleo de un óvulo de la mujer afectada, transferirlo a un óvulo donado por una mujer con mitocondria sana y fertilizar ese óvulo con espermatozoides del padre.
Aunque los científicos subrayan que el tratamiento significa que sólo el 0,1% de la información genética del bebé proviene de la donante, muchos se oponen al procedimiento.
Los críticos argumentan que la técnica está abriendo la puerta a una manipulación genética “innecesaria y peligrosa”.
Durante los pasados ocho meses el Consejo Nuffield -financiado por la Fundación Wellcome Trust y el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido- ha estado revisando los aspectos éticos que rodean al procedimiento.
Beneficios “importantes”
“Estamos hablando únicamente de usar estas técnicas en situaciones claramente definidas de trastornos mitocondriales que de otra forma son incurables, y bajo estricta regulación”
Dr. Geoff Watts
Tal como expresó el doctor Geoff Watts, quien dirigió la investigación, “si las futuras investigaciones muestran que esta técnica es suficientemente segura y efectiva, pensamos que sería ético que las familias las utilicen si lo desean, siempre y cuando reciban el nivel apropiado de información y apoyo”.
“Éstas podrían ofrecen beneficios importantes para la salud y la sociedad a individuos y sus familias, que potencialmente podrían vivir sus vidas libres de lo que pueden ser trastornos muy severos e incapacitantes”, agrega el experto.
El doctor Watts agrega que la mujer donante no sería “un tercer padre” o “segunda madre” y que las leyes sobre donación de esperma u óvulos no se aplicarían.
Hasta ahora la principal preocupación sobre esta técnica es que sus efectos serían transferidos de generación en generación.
Es decir, el tratamiento no sólo reemplazaría el ADN mitocondrial del bebé tratado sino también pasaría a sus hijos y a los descendientes de todas las niñas que nacieron con este procedimiento.
El doctor David King, director de la organización Human Genetics Alert, quien se opone a la técnica, afirma que “igual que Frankenstein fue creado uniendo pedazos de distintos cuerpos, parecería que no hay nada grotesco ni ninguna violación de las normas de la naturaleza o la cultura humana que los científicos y sus ayudantes bioéticos quieran esquivar”.
“Las técnicas propuestas son tanto innecesarias como altamente peligrosas a mediano plazo, ya que están sentando un precedente para permitir la creación de bebés diseñados genéticamente modificados”.
El científico argumenta que el procedimiento afectaría a muchas generaciones y “cruzaría lo que es considerado normalmente como la línea ética más importante en la prevención de la nueva eugenesia”.
El doctor Watts, por su parte, afirma que estos temores son “comprensibles”.
“Sin embargo -agrega- estamos hablando únicamente de usar estas técnicas en situaciones claramente definidas de trastornos mitocondriales que de otra forma son incurables, y bajo estricta regulación”.
Ahora, la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana, que se encarga de autorizar o negar estos procedimientos, comenzará una consulta pública en los próximos meses y se espera tener una decisión el próximo año.