“Es un auténtico golpe de Estado para el que no cabe la más mínima matización”, calificó El País en el editorial que dedicó a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, que asumió las competencias del Parlamento en nombre del “desacato” que impuso a la Asamblea Nacional (AN), de modo tal que los ciudadanos perdieron su representación legislativa y el poder se concentró en el presidente Nicolás Maduro y la corte superior que responde a él.
“La asunción de poderes extraordinarios en materia penal, militar, económica, social, política y civil por parte de Maduro supone un mazazo institucional de una gravedad extrema, sin parangón desde que comenzara la crisis en Venezuela”, agregó el periódico español.
El texto que condensa la opinión del medio comparó los hechos con los avances de la democracia en América Latina: “El retroceso de Venezuela hacia una dictadura constituye una tristísima noticia y arroja preocupantes sombras sobre el futuro del país que de ninguna manera merece quedarse al margen del sistema de libertades felizmente mayoritario en la región”.
En España también El Mundo denunció el colapso de las instituciones, “Golpe de estado del chavismo: el Tribunal Supremo arrebata sus poderes a la Asamblea Nacional” titulaba.
Los influyentes medios británicos denunciaron que “La corte venezolana se adueñó de las funciones de la Asamblea Nacional” (BBC) y que el acto del TSJ, “controlado por el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro”, ha despertado temores de que “el país desgarrado por la crisis se haya movido hacia una dictadura completa” (Financial Times, FT).
“El sistema político del país se está desmoronando, y con rapidez”, citó el FT a Peter Schechter, del Atlantic Council en Washigton, DC. “Si antes quedaba alguna duda, ya no tendría que haberla: Venezuela es una dictadura”.
La agencia Reuters eligió como línea las palabras del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro,sobre el “autogolpe” de Maduro. The Guardian tomó la perspectiva de la representación política acallada: “La oposición alega golpe luego de que la Suprema Corte tome el poder”, tituló. “Venezuela ha tambaleado un poco más lejos de la democracia —y más cerca de la confrontación con sus vecinos en la región— luego de que la corte suprema progubernamental asumiera los poderes legislativos del congreso controlado por la oposición”.
El prestigioso periódico consultó al profesor de Derecho Constitucional Gerardo Fernández, quien enseña en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, sobre la ausencia de separación de poderes en el país: “Estamos en los márgenes de la democracia, fuera del estado de derecho, donde se ha impuesto una dictadura”, dijo.
El diario francés Libération también enfatizó la ruptura institucional en su título (“El presidente del Parlamento acusa a Maduro de golpe de Estado”) y desarrolló: “Esta decisión expresa una escalada adicional en la crisis política que sacude al país petrolero luego de la amplia victoria de la oposición antichavista en las elecciones legislativas de finales de 2015, por primera vez en 17 años”.
En Italia, el periódico Corriere della Sera denunció “Plenos poderes para el presidente Maduro: el parlamento fue desautorizado”. El texto del artículo principal de su cobertura fue muy crítico: “‘Nicolás I, emperador de Venezuela’. El tuit tristemente irónico de José Guerra, diputado de la Mesa de la Unidad Democrática (Mud), la gran alianza que reúne a la oposición, ha sonado como alarma ayer a la mañana”. Citó al presidente de la AN, Julio Borges: “‘Un golpe de estado’, sintetizó”.
A diferencia de la cobertura europea, muy atenta al inicio del proceso por el cual Gran Bretaña saldrá de la Unión Europea, todos los medios nacionales de los Estados Unidos llevaron en sus portadas el tema de Venezuela. “El Departamento de Estado reiteró su llamada a elecciones inmediatas para resolver la crisis política de Venezuela”, publicóThe Washington Post. “Venezuela avanza otro paso hacia el gobierno unipersonal”, tituló The New York Times. “El acto remató un año en el que se despedazaron los últimos vestigios de la democracia venezolana”.
El diario financiero Wall Street Journal dio voz al vicepresidente de la AN, Freddy Guevara: “Esta decisión marca el punto de no retorno de la dictadura”. En el desarrollo se explicó que el TSJ está”lleno de aliados del presidente Maduro”. En la Florida, una zona que ha recibido a muchos emigrados de Venezuela, The Miami Herald señaló que el hecho “fue rechazado en toda la región y denunciado como un ‘golpe’ por la oposición”. El periódico aludió al impacto internacional de la medida: “Perú rompió las relaciones diplomáticas y los Estados Unidos, México y Colombia condenaron la acción”.
En El Comercio de Lima se destacó que “el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, retiró a su embajador en Caracas, al condenar la ‘ruptura de la democracia en Venezuela'”. Entre los analistas políticos que consultó, Carlos Romero dijo: “Hemos avanzado lamentablemente hacia un modelo autoritario en la política venezolana”.
También hubo indignación y preocupación en Colombia (la revista Semanatituló “Colombia rechaza que Tribunal Supremo de Venezuela asuma funciones de Parlamento”), en México (El Universal: “Preocupación mundial por la ruptura constitucional en Venezuela”; Milenio: “En Venezuela hay un ‘autogolpe’ de estado”) y en Brasil (Folha do Sao Paulo: “La corte suprema de Venezuela asume las funciones del Parlamento”).