El “Capitán América” regresa en un thriller con sabor a “años setenta”
El Capitán América regresa a la grande con “El soldado de invierno”, un thriller paranoico en la tradición de los grandes filmes políticos de los años 1970, con miras a “deconstruir la esencia” del histórico de superhéroes de Marvel.
La segunda película de las aventuras de Steve Rogers, que se estrena el viernes en España y a partir de la semana próxima en América Latina, fue confiada a los hermanos Russo, que cambiaron de registro después de una década dedicados a hacer comedias de televisión.
No hay nada inherentemente cómico en “Capitán América: el soldado de invierno”. El film arranca con Steve Rogers, alias Capitán América, instalado en Washington, donde se acostumbra como puede al mundo moderno en el que reapareció brutalmente en pleno siglo XXI tras estar sumido en un sueño profundo después de la Segunda Guerra .
“La película deconstruye lo que hace a la esencia misma de este personaje, lo que lo convierte en un héroe”, dijo Joe Russo a la AFP.
“Lo que nos interesaba era la trágica historia de un hombre que se queda dormido en los años 1940 y se despierta 70 años más tarde. Todas las cosas y todas las personas que conocía han desaparecido, todo ha cambiado. Realmente hay patetismo y tragedia en eso”.
Solitario y melancólico, el Capitán América, interpretado por el escultural Chris Evans, se ve involucrado en una conspiración global en la que están metidas las propias autoridades, una realidad preocupante para alguien como él, acostumbrado a ver el mundo en blanco y negro e incómodo en la zona “gris”.
Entre sus aliados estarán dos superhéroes del grupo de Los Vengadores: la Viuda Negra, encarnada por Scarlett Johansson, y Falcon, interpretado por Anthony Mackie.
“Este es un personaje fiel a sus principios y eso es lo que hace que sea universal”, explicó Joe Russo. “Y estos principios son simples: ‘Haré el bien y la justicia antes de mi propio bienestar’. Es un personaje desinteresado”.
– Inspirado en grandes clásicos políticos –
Pero en los años 1940, telón de fondo de la primera entrega de “Capitán América: El primer vengador” (2011), cuando “todo el mundo estaba en contra de los nazis, el mal era fácil de identificar. Es menos claro para él en el mundo moderno, porque no está tan seguro de que sus principios sigan siendo válidos. No sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos”, dijo.
Más aún cuando descubre que su principal adversario, el implacable “soldado de invierno” (Sebastian Stan), no es otro que su mejor amigo, un “fantasma” que regresa, como él, de los años 1940.
Para contar su historia, los realizadores se inspiraron en los grandes clásicos políticos de la década de 1970, como “Todos los hombres del presidente” y “Los tres días del Cóndor”, ambos protagonizados por Robert Redford, quien interpreta en esta secuela del Capitán América a un alto funcionario de defensa nacional con motivaciones cuestionables.
La referencia a los años setenta “nos parecía pertinente porque la situación política mundial es ahora extremadamente compleja”, y la imagen de Estados Unidos parece a menudo borrosa, señaló Anthony Russo.
“Eso va muy bien para el Capitán América, que no simboliza tanto a Estados Unidos sino a los valores fundamentales que caracterizan a los estadounidenses. Y si le damos la espalda a nuestra naturaleza, a los que se supone que debemos representar como nación en el mundo, ¿quién mejor que el Capitán América para tomar las riendas?”, afirmó el cineasta.
Chris Evans, quien saltó a la fama gracias al escudo indestructible del Capitán América, dijo estar muy satisfecho con el papel. “Si yo hubiera dicho que no a estas películas, habría sido el mayor error de mi vida”, dijo en una conferencia de prensa en Beverly Hills.
“Sería una pesadilla estar obligado por contrato a hacer películas de las cuales uno no está orgulloso”, dijo. “Pero todo lo que Marvel toca se convierte en oro. Y cada vez que te embarcas en algo con ellos, sabes que harás algo de calidad. Es gratificante en todos los niveles”. AFP