El Triángulo de las Bermudas: mitos y verdades
El Triángulo de las Bermudas es una sección mítica del Océano Atlántico delimitada aproximadamente por Miami, Bermudas y Puerto Rico, donde docenas de barcos y aviones han desaparecido a lo largo del tiempo.
Circunstancias inexplicables rodean algunos de estos accidentes, incluido uno en el que los pilotos de un escuadrón de bombarderos de la Marina de Estados Unidos se desorientaban mientras volaban sobre el área; los aviones nunca fueron encontrados. Al parecer, otros barcos y aviones desaparecieron de la zona cuando hacía buen tiempo sin siquiera enviar mensajes de socorro por radio.
A pesar de que se han propuesto innumerables teorías fantasiosas/paranormales sobre el Triángulo de las Bermudas, ninguna de ellas prueba que estas desapariciones ocurran con mayor frecuencia en este sector que en otras zonas del océano. De hecho, muchas personas navegan por esta zona todos los días sin incidentes.
El Triángulo de las Bermudas, o Triángulo del Diablo, cubre aproximadamente una superficie de 1,1 millones de km² aproximadamente en el extremo sureste de la Florida.
Cuando Cristóbal Colón navegó por estos mares en su primer viaje al Nuevo Mundo, informó que una gran llama de fuego (probablemente un meteoro) se estrelló en el mar una noche y que una extraña luz apareció en la distancia unas semanas más tarde. También escribió sobre lecturas erráticas en la brújula.
Todo se dispararía a partir de 1964, cuando el escritor Vincent Gaddis acuñó la frase “Triángulo de las Bermudas” en un artículo de una revista: ocurrieron misteriosos accidentes adicionales en la zona, incluidos tres aviones de pasajeros que cayeron a pesar de haber enviado mensajes de que “todo está bien”.
Charles Berlitz, cuyo abuelo fundó las escuelas de idiomas Berlitz, avivó aún más la leyenda en 1974 con un sensacional best-seller sobre la leyenda. Desde entonces, decenas de escritores paranormales han culpado a la supuesta letalidad del triángulo a todos los argumentos imaginables, desde extraterrestres, la Atlántida, monstruos marinos, deformaciones temporales y campos de gravedad inversa, mientras que los científicos han señalado anomalías magnéticas, trombas marinas o enormes erupciones de gas metano de el fondo del océano como explicaciones. Sin embargo, con toda probabilidad, no hay una sola teoría que resuelva el misterio, sino un conjunto de varios factores.