El Voto Femenino en República Dominicana 73 Años Después
La mujer dominicana de hoy es un ente activo de la política y sociedad de su país. Sin embargo detrás de las libertades civiles que posee en la actualidad, existió un grupo de féminas que mantuvieron una lucha constante para lograr el derecho al voto, a elegir y ser elegidas.
Hasta mediados del pasado siglo, en la gran mayoría de los sistemas políticos, el voto era un derecho reservado solo para los hombres. Tradicionalmente y sobre todo en las sociedades machistas las mujeres no tenían protagonismo social y mucho menos político. A pesar de ello, los movimientos que tuvieron lugar durante y después de la segunda guerra mundial impulsaron la lucha femenina por el sufragio como causa común en gran parte de los países.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por las Naciones Unidas en 1948, estableció en su artículo número 21 que toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, lo que permitió que bajo este amparo las mujeres reclamaran su derecho. No obstante, las luchas para obtener la igualdad en el ejercicio del sufragio habían comenzado tan temprano como a principios del siglo XX.
Paradójicamente en República Dominicana, el voto femenino tiene sus antecedentes en 1934, en plena dictadura trujillista, con Abigail Mejía al frente de la Acción Feminista Dominicana se iniciaron las primeras luchas relativamente pasivas para demandar el derecho al voto y a la participación política. En ese mismo año se realizó un tanteo que pretendía medir el grado de disponibilidad del sector femenino para acudir a las urnas.
Posteriormente se hicieron varios ensayos con el mismo propósito, por lo que en 1940, el gobierno dominicano promulgó la ley que otorgaba a la mujer el derecho al voto. Aquel acontecimiento sin precedentes marcó una etapa crucial en la historia nacional que hizo posible que años después que las mujeres se hicieran un sitio en la política dominicana
Fue en 1942 cuando por primera vez, las mujeres pudieron ejercer el voto y ser elegidas, como resultado el país contó con dos diputadas y una senadora. Lógicamente como se trataba de un régimen dictatorial, la participación femenina era más simbólica que real y no fue sino hasta la llegada de Juan Bosch al poder en 1963 cuando la mujer dominicana logra la validación de sus derechos.
Hoy 73 años después del primer voto femenino, la mujer dominicana tiene una presencia notoria en la política nacional, con un creciente número de funcionarias públicas tales como ministras, senadoras, diputadas, alcaldesas, regidoras y otras. Pero a pesar de ello, a la fecha ninguna mujer ha ocupado la presidencia de la República, aunque sí la vicepresidencia en dos ocasiones. Mientras que posiciones como la de Primera Dama, han permitido que la población femenina dominicana tenga una representación social y política más protagónica.