En el sexo, no todo es el preservativo
Llevar una vida sexual responsable no se limita al uso del preservativo: requiere de informarse para evitar enfermedades y embarazos no deseados.
Mientras la población juvenil no se concientice sobre la importancia de practicar el sexo seguro, las infecciones venéreas se seguirán transmitiendo. Tanto hombres como mujeres deben asumir con responsabilidad su participación.
“En los últimos 10 años se ha visto un aumento progresivo en la incidencia de este tipo de enfermedades”, señala José Tirán Saucedo, infectólogo ginecólogo y obstetra.
En general, los adolescentes inician su vida sexual alrededor de los 15 o 16 años. A partir de entonces se exponen a distintas infecciones de transmisión sexual, siendo las más frecuentes el virus del papiloma humano, clamidia, gonorrea, herpes, hepatitis, sífilis y vih.
“Uno de los problemas más importantes es que los jóvenes, en general, se sienten invencibles, creen que no les pasará nada, es una actitud propia de la edad”, advierte el especialista en endoscopía quirúrgica.
Más que limitarse a usar preservativos y creer que con eso quedan exentos de cualquier contagio, en especial los varones, hace falta que adopten una cultura de prevención y responsabilidad sexual.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el preservativo pierde un 15 por ciento de efectividad cuando no es utilizado de forma adecuada.
“Enfocar las campañas únicamente y exclusivamente en el uso del preservativo es un error, lo que se necesita es una campaña de sexo seguro donde se den a conocer todas sus implicaciones”, expone el también director del Instituto Mexicano de Infectología, Ginecología y Obstetricia.
“El preservativo es una opción, pero también lo es el contacto sexual informado que significa que las parejas, antes de iniciar sus relaciones sexuales, se hagan exámenes”, añade.
Actuar de forma responsable implica, además de saber cómo utilizar debidamente el preservativo, evitar el contacto con parejas de alto riesgo y buscar relaciones más estables para disminuir el contagio de enfermedades venéreas.
“Dentro de los derechos sexuales, publicado por la OMS en el 2006, se establece la libertad sexual, pero también viene el apartado de la responsabilidad, quien inicie una vida sexual activa debe ser responsable de sus actos”, enuncia Tirán.
Aunque a nivel mundial se ha demostrado que los hombres con circuncisión padecen menos infecciones de transmisión sexual que aquellos que no lo están, no significa que pueden despreocuparse al momento de un contacto sexual.
Al contrario, circuncidados o no, deben tomar medidas de protección, como vacunarse contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano, cuya vacuna también está aprobada para hombres de 9 a 45 años de edad.
Cada vez que cambien de pareja sexual o sospechen de infidelidad deben practicarse exámenes de sangre para detectar enfermedades venéreas. En caso de manifestar algún síntoma, acudir con el médico especialista.
Con responsabilidad
La mayoría de los adolescentes no obtiene información fidedigna, sino a través de amigos y de distintos medios impresos y electrónicos, la mayoría de las veces poco confiables.
“Los jóvenes empiezan a generar mitos sobre las enfermedades que no son ciertos”, afirma Tirán.
Por ejemplo, creen que el virus del papiloma humano se contagia en un baño público o en una alberca, cuando en realidad es una enfermedad de transmisión sexual. Al no estar bien informados evaden su responsabilidad.
Aquí también influyen los problemas de alcoholismo y drogadicción, que incrementan los índices de contagio, ya que muchos individuos se infectan cuando están altamente alcoholizados o bajos los efectos de alguna droga.
“La cultura sexual empieza en casa, mientras los papás no se involucren en la cultura sexual de sus hijos, seguirá habiendo un alza en las enfermedades de transmisión sexual y en los embarazos adolescentes”, advierte el especialista.
Los padres de familia necesitan documentarse sobre el tema, y asesorarse con expertos para aclarar sus dudas, ya que muchos de los mitos sobre el sexo también provienen de ellos.
“Como papás no podemos darnos el lujo de que nuestros hijos aprendan en la calle, es mejor darles información fidedigna”, señala Tirán.