Enigmas de los sueños: ¿podemos controlarlos?
Hablar de los sueños es hablar de un mundo lleno de enigmas. De investigaciones y aproximaciones, de varias certezas e incógnitas sin respuesta precisa. Muchas investigaciones se han centrado en los llamados sueños lúcidos, aquellos en el los que la personas es consciente de que está soñando y puede llegar a controlar sus actos.
Los estudios pioneros Una de las investigaciones más tempranas fue la realizada en el s. XIX por el Marqués Saint-Denys, un aristócrata francés que buscaba respuestas para poder interpretar los sueños y que está considerado como de los pioneros en este campo de estudio. Desde los 13 años registró en un diario sus sueños al darse cuenta que en algunos de ellos era consciente de estar soñando.
Acabó publicando Les Rêves et les moyens de les diriger ; observations pratiques (de manera anónima, eso sí), una de las primeras obras con carácter de manual para intentar controlar los sueños. Concluyó que los sueños se formaban como un mosaico de nuestros recuerdos, tirando por tierra todas las teorías sobrenaturales y espiritistas aparecidas hasta la fecha. Otra pionera fue Mary Arnold-Forster, sobrina de Edward Morgan Forster, que escribió en la pasada década de los 20 una guía para controlar sueños lúcidos en a su propia .
Esta guía estaba enfocada a evitar el terror psicológico que causó la I Guerra . Estudios recientes Durante décadas, los estudios mencionados cayeron en el olvido y los nuevos investigadores buscaron líneas más “serias” de estudio para dar respuesta a los sueños. Varios neurocientíficos actuales se han embarcado en investigaciones llamativas.
Jennifer Windt, de la universidad Johannes Gutenberg de Mainz, en Alemania, ha intentado averiguar si los soñadores lúcidos son capaces de hacerse cosquillas a sí mismo durante el sueño. Fuera del sueño, el ser humano no es capaz de hacerse cosquillas porque es consciente de que lo está intentando y el cerebro amortigua las sensaciones que, cuando vienen de otra persona, provoque sorpresa y risas. Estudió a sujetos capaces de controlar esos sueños lúcidos y la respuesta fue que tampoco en los sueños eran capaces de hacerse reír, lo que denota un alto grado de control y conocimiento de sus acciones y pensamientos.
¿Soñamos a lenta? Daniel Erlacher, de la universidad suiza de Bern, demostró que si soñamos que corremos, por ejemplo, el cerebro activa las mismas regiones que cuando lo hacemos realmente, aunque con un ligero matiz: la mente actuaba como si necesitase más tiempo para ejecutar una acción, como si esta se desarrollase a cámara lenta. Los soñadores estudiados (escogidos por su capacidad para controlar sueños lúcidos) se tomaron hasta un 50% más de tiempo para realizar diferentes rutinas como caminar y correr.
Fuente: 20minutos