Según confirmaron a Efe fuentes de esta investigación, en las próximas horas remitirán al fabricante el motor del avión PA-32 en un contenedor, una vez hayan procedido a etiquetar debidamente el embalaje con los precintos que les deben hacer llegar sus homólogos estadounidenses de aviación.
Se trata de un procedimiento habitual y propio de la comisión investigadora de aviación que, en estos supuestos, se remitan los restos al propio fabricante y los someta a análisis para elaborar el informe pertinente y determinar las causas del siniestro, indicaron las fuentes.
Por otra parte, continúan los análisis forenses y, una vez realizada la autopsia al cadáver del piloto del aparto, el dominicano Héctor Soriano, su cuerpo fue trasladado a San Pedro de Macorís, de donde era oriundo, para recibir sepultura en el cementerio municipal.
Fuentes cercanas a la familia señalaron que los allegados se encuentran consternados por el suceso, que Soriano era un hombre muy apreciado en el pueblo, y muchos vecinos se unieron a la marcha para acompañar el féretro al camposanto donde enterraron los restos del aviador.
El cuerpo fue trasladado en la noche de ayer a la funeraria del citado municipio desde el Centro de Patología Forense del Cementerio Cristo Redentor, en Santo Domingo, donde los forenses continúan con los exámenes de los cuerpos los seis turistas que viajaban en el aparato.
En la avioneta siniestrada también viajaban los bolivianos Ubrina Franco y Vanessa Hernández, los belgas Kin Plas y Anouk Vanp y los españoles Javier Izquierdo Diez y María Dolores Villarreal.