¿Es bueno comer alimentos de lata?
Los alimentos enlatados están en las despensas de casi todos los hogares. Son cómodos, se conservan durante mucho tiempo y casi nunca necesitan preparación.
Llegamos a casa, abrimos la nevera y no hay nada. Pero nos negamos a llamar a un servicio a domicilio porque es muy caro, o porque “tenemos que comer mejor”. Entonces, ¿qué elegimos? ¡Una lata de atún que encontramos en la alacena!
Nadie puede negar que los alimentos de lata ya forman parte de nuestra alimentación diaria (a diferencia de lo que ocurría en generaciones anteriores) porque son rápidos y fáciles de consumir. Algunos ni siquiera requieren ser cocinados o calentados. Por si fuera poco, nos sacan del apuro cuando nos gruñe el estómago y no tenemos tiempo o ganas de ponernos a preparar la cena.
Comida de lata, un hábito cada vez más recurrente
Un gran porcentaje de la población, cuando va al mercado, compra buena cantidad de alimentos en lata. Los adquieren para luego almacenarlos durante un largo tiempo en casa, por si surgen eventualidades o porque no les gusta cocinar. También porque su fecha de vencimiento es a largo plazo y se pueden guardar durante años sin problemas.
Aunque en la actualidad no tenemos mucho problema con la estacionalidad de los productos, elegir una lata de alguna comida nos sirve para contar con cualquier alimento sin importar la época del año.
Entre los alimentos envasados en latas de aluminio que más se consumen están:
- Atún
- Paté
- Sardinas
- Aceite de oliva
- Salsa de tomate
- Lentejas
- Judías
- Garbanzos
- Alubias
- Palmitos
- Piña
- Ensalada “jardinera” (patata, zanahoria,guisantes)
- Choclo en grano o cremoso
- Ajíes
- Refrescos
- Zumos
Sería bueno que revisáramos bien las etiquetas de los productos antes de comprarlos. Conviene evitar aquellos que contengan conservantes para alargar la vida útil del alimento. El benzoato de sodio, el ácido benzoico o el ácido cítrico son los más usados. ¡Y que no te engañen con sus códigos! Suelen usar una letra y tres números (E-210, E-211, E-309, etc) para denominarlos.
Otra buena idea es optar por alimentos enlatados que no contengan aceites, ya que el aporte calórico será más elevado. Mejor conservas que tengan agua o sean “al natural”, como se dice comercialmente.
¿Qué ocurre con los metales pesados incluidos en la lata? Hace muchas décadas, comer en estos envases era casi lo mismo que suicidarse. El pegamento que se usaba para sellar las latas era muy peligroso y causaba muchos malestares, a veces incluso la muerte.
Afortunadamente eso ya no ocurre, aunque todavía haya personas que desconfíen del metal que se usa para enlatar la comida. Los recipientes hoy en día están controlados al detalle y, según afirman, no contienen sustancias nocivas para la salud.
Hay que tener en cuenta igualmente ciertos signos en las latas antes de comprarlas o abrirlas:
- Oxidación en los bordes o puntos de unión
- Abolladuras o curvaturas extrañas en la tapa
- Espuma en el líquido del interior
- Color extraño o mal aspecto del contenido
- Olor fuerte
Alimentos en lata, ¿buenos o malos?
Son muchas las opiniones relacionadas con los pros y contras de comer enlatados. Algunas personas recelan de ellos, sobre todo cuando el envase está abollado o si a la etiqueta le falta una parte. Como ocurre en la vida diaria, las cosas no son 100% malas ni 100% buenas. Esta regla se aplica a la comida en lata.
Antes de determinar si es beneficioso o perjudicial este hábito, es preciso saber que,en el momento de colocar los alimentos en las latas, estos se encuentran frescos. Por lo tanto, se les somete a un proceso térmico específico que los seca o se les añade agua para que no se echen a perder.
En el primer caso pueden perder muchas de sus vitaminas (lo mismo que sucede al hervir u hornear los platos), pero también conservan intactos otros componentes, por ejemplo, los ácidos grasos esenciales, si hablamos de pescados.
El alimento fresco siempre tendrá más proteínas y vitaminas que uno enlatado, envasado o preparado. Por otra parte, es probable que la comida en lata de aluminio contenga más sal, hasta cinco veces más, que un producto comprado en una feria o mercado. El sodio es un conservante para muchos alimentos y un consumo excesivo puede causar enfermedades como hipertensión o retención de líquidos.
¿Cuál es el mejor envase para los alimentos?
Si tuviéramos que hacer una escala entre los materiales más recomendados para almacenar o transportar alimentos primero tendríamos que analizar varios factores. Por ejemplo, qué tipo de comida se colocará en el interior, por cuánto tiempo lo guardaremos o en qué lugar se almacenará.
En el caso de legumbres cocidas como las lentejas, las habas o las alubias se recomiendan los frascos o botes de cristal envasados al vacío. De esta manera contienen menos sal y aditivos. El proceso de esterilización de los envases es similar al que se realizaba en las casas hace algunas décadas: agua hirviendo y vapor.
En cuanto al plástico, muy utilizado en la actualidad, tiene como características que es barato, puede tomar cualquier forma y es aislante térmico. Sin embargo, entre los “contras” podemos destacar que los componentes pueden pasar a los alimentos y alterar el sabor.
En este grupo debemos incluir las bolsas plásticas y los envases que usan este material. Si bien la mayoría de los alimentos tienen esta presentación, en algunos casos se recomienda pasarlos a un envase de vidrio para que se conserven mejor.
Por último, tenemos el mejor envase que puede haberse inventado jamás… ¡el natural! ¿Qué quiere decir eso? Que, si por ejemplo compramos frutas, sería perfecto ir al mercado y transportarlas con su cáscara. ¡Así mantendrán todas sus propiedades y nos aportarán sus nutrientes!