Estrés y ansiedad favorecen la afonía y los trastornos de la voz
El estrés y la ansiedad tienen consecuencias sobre múltiples aspectos de la salud. Por ejemplo, sobre nuestra voz. Ambos pueden afectar a las cuerdas vocales, favoreciendo así la aparición de la afonía y de otros trastornos de la voz como consecuencia de una bajada de defensas.
Los problemas relacionados con la voz se producen por dos motivos principales: por infecciones víricas o por un mal uso de la voz. Estas dos causas afectan principalmente a aquellas personas cuya herramienta de trabajo es la voz como, por ejemplo, los profesores. Y es que, se estima que el 22% de los maestros españoles padecen afonía o disfonía.
Aunque estas patologías pueden estar provocadas por una infección bacteriana, en el caso de los docentes suelen estar ligadas a una excesiva carga vocal. Además, hábitos como fumar o la exposición al frío hacen que se acentúe aún más estos problemas.
Por eso, en aquellos grupos de mayor riesgo, como los profesionales de la educación, locutores de radio y cantantes, es fundamental que se cuide y proteja la voz de forma preventiva. En suma, hay que cuidar la voz. Podemos seguir los consejos que apunta Boiron:
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas. El alcohol irrita las mucosas que revisten la garganta.
- Limitar el consumo de alimentos que puedan provocar que el ácido del estómago se desplace hacia el esófago y la garganta (reflujo).
- Incluir en su dieta alimentos que contengan vitaminas A, E y C.
- No fumar y evitar el humo alrededor suyo.
- Beber mucha agua. La pérdida de líquido seca la voz.
- Evitar la exposición directa al aire frío.
- Evitar ambientes secos con mala climatización.
- No usar la voz durante mucho tiempo y/o gran volumen.
- Evitar forzar la voz cuando está dañada.
En el caso en el que se tenga ya una afonía o disfonía, hay que acudir a un especialista para que diagnostiquesi es por una causa vírica o por un mal uso de la voz y prescriba el tratamiento más indicado.