Fito Páez celebró 30 años de éxitos, buena música y amor después del amor
La noche del pasado sábado, los asistentes al Pabellón de Volleyball del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte disfrutaron de una descarga de rock and roll de la mano del argentino Fito Páez, quien llegó a suelo dominicano a presentar su gira “El amor 30 años después del amor”, en tributo al álbum lanzado en 1992, uno de los discos más vendidos en la historia de la música de su país.
El músico, compositor y productor, originario de la ciudad de Rosario, deleitó a los presentes durante dos horas en la que incluyó 21 canciones para celebrar que, luego de tres décadas, sigue habiendo buena música y amor después del amor.
Con un traje gris y sus tradicionales gafas, Fito salió a escena acompañado por ocho músicos y una corista, a quienes dirigió de manera magistral durante toda la velada.
“Muy buenas noches, Santo Domingo. En fin, vamos a tener una noche brutal, van a ver”, vaticinó el cantante mientras interpretaba el tema que da origen a este tour de celebración.
“Dos días en la vida”, “La Verónica”, “Tráfico por Katmandú”, “Pétalo de sal”, “Un vestido y un amor”, “Sasha, Sissi y el círculo de baba”, “Tumbas de la Gloria” y “Rueda mágica” fueron algunas de las canciones interpretadas.
Una escenografía simple, compuesta por tres paneles de luces que formaban bloques sólidos de color, pasando del púrpura, al naranja, verde, azul, rojo y negro, dependiendo de la intensidad de la canción, creando una perfecta atmósfera de teatralidad.
En ocasiones, el rosarino se alejaba del instrumento para interactuar con el público. Antes de interpretar “Brillante sobre el mic”, pidió a todos los presentes que sacaran sus celulares e iluminaran el recinto.
A las 10:40 de la noche, Fito anunció siete minutos de receso y fue cuando un cronómetro apareció en pantalla que, con una exactitud suiza, marcó el regreso del artista al escenario, esta vez con un traje azul.
A partir de ahí, el argentino interpretó un éxito tras otro: “Al lado del camino”, “11 y 6”, “Circo Beat” y “Dar es dar”, que fueron coreados por cada uno de los presentes.
Al sonar los acordes de “Ciudad de pobres corazones”, la ciudad de Buenos Aires se abrió pasó por la pantalla y en esta interpretación, Fito mostró sus dotes multifacéticos al tocar una guitarra amarilla que contrastaba perfectamente con su ropa.
“La música es una ceremonia y para eso estamos aquí”, dijo antes de presentar a la banda y despedirse a ritmo de su clásico de 1994, “Mariposa Tecknicolor”.
El público insistente coreaba su nombre, por lo que Fito y la banda salieron una vez más y con “Dale alegría a mi corazón” cerraron a las 11:40 de la noche un show memorable, organizado por SD Concerts.
REGGAETON
Páez no desperdició la oportunidad para elogiar la música de los años 60 y 70, así como las creaciones de sus compañeros Charly García o Luis Alberto Spinetta y, a la vez, criticar ritmos más modernos, como el reggaetón.
“No solamente yo, toda nuestra generación fue formada por los padres criollos que escuchaban una música preciosa porque la música del mundo de los años 60 y 70 era bellísima…Entonces uno a veces ve el páramo este y dice, ¿dónde (rayos) estoy?”, expresó.
La contraparte estuvo a cargo de Emm Silverio, un nuevo talento, quien a guitarra y batería, presentó cuatro de sus canciones incluyendo “Como antes” y “Corazón de hojalata”.