Formas de enfriar una botella de cerveza en minutos ¿Sabe igual?
La se suele servir bien fría, especialmente en . Eso se complica cuando las llegan calientes del supermercado, y no da tiempo a enfriarse antes de que lleguen los invitados de alguna . Entonces, recurrimos a algunos métodos comprobados para enfriarlas rápidamente… ¿saben igual?
Por otro lado, también es importante saber a qué temperatura se debe de servir cada de cerveza. No vaya a ser que nos esforcemos mucho por enfriarla tanto que luego no podamos apreciar su sabor, así que empecemos por ahí y luego os cuento tres formas de enfriar cerveza rápidamente.
¿A qué temperatura debo servir la cerveza?
Como he comentado antes, por estos lares es normal que la cerveza se sirva bien fría, incluso a veces el camarero te la trae con una copa helada. Pero realmente la temperatura de servicio adecuada para una lager rubia como Mahou oscila entre 3 y 7 grados centígrados (La propia Mahou recomienda una temperatura entre 3 y 4 grados) y solo las cervezas más suaves como las light deben de servirse más frías.
Para el resto de cervezas, como las lager más fuertes, las cervezas negras (porter y stouts), las de trigo… las temperaturas van desde los 5 a los 13ºC dependiendo de la variedad. Aquí tenéis una tabla orientativa, aunque normalmente cada fabricante suele tener sus propias recomendaciones
Esto se debe a que el frío hace que se modifique la textura de la cerveza (afecta también a la espuma) y que los aromas no afloren, al tiempo que anestesia nuestras papilas gustativas, por lo que si tomamos una cerveza más fría de lo debido, no estaremos apreciando toda su textura y sabor. Como norma general, cuanto más “sabrosa” sea y más cuerpo tenga una cerveza, mayor es su temperatura de servicio.
Tres métodos para enfriar una cerveza rápidamente
El método más habitual, el de toda la vida, es el de poner agua con hielo en un cubo o un barreño y sumergir las cervezas, y la verdad es que funciona bastante bien. Seguro que incluso muchos habéis oído o leído que echarle sal acelera el proceso mágicamente. Veamos por qué y cómo hacer que funcione mejor todavía.
Enfriar cerveza con hielo y sal
El método: La manera más rápida y eficiente de enfriar cerveza es colocar las cervezas en un barreño no muy grande o en una ensaladera, poner mucho hielo, echar solo un poco de agua (como para cubrir el fondo nada más), un montón de sal y meter el barreño en el congelador. Si no cabe en el congelador, entonces usad una nevera portátil o un cubo que se pueda cerrar, y echad menos agua todavía (o nada en absoluto, ya que usará la del hielo que se vaya derritiendo de la propia temperatura ambiente).
La explicación: Resulta que para que la sal se diluya en el agua, necesita calor, ya que se trata de una reacción endotérmica. Y claro, como estamos en un barreño con hielo dentro del congelador, lo más caliente que tiene cerca son nuestras cervezas, a las que les robará esa energía térmica para disolverse y et voilà, en unos minutos tendremos nuestras cervezas frías.
Los contras: Este método no funciona tan bien en un barreño abierto al aire, ya que entonces la sal “cogerá” el calor del aire y solo conseguiremos que el hielo se derrita más rápido. Lógicamente las cervezas se enfriarán al estar rodeadas de agua fría (incluso bajo cero, ya que con sal estamos bajando el punto de congelación del agua), pero ni tanto ni tan rápido. Lo mismo ocurre si echamos mucha agua y la removemos con el hielo, como hay quien aconseja, estaríamos dándole a la sal más energía (térmica del agua y cinética de nuestro movimiento) para que se disuelva y entonces perderíamos el efecto.
Envolver las cervezas con servilletas mojadas
El método: Este es un truco que sirve para acelerar el proceso de enfriamiento en el congelador. Básicamente, antes de meter las cervezas en el congelador, las envolvemos en servilletas mojadas con agua fría.
La explicación: Este método funciona gracias a que el agua se calienta y enfría más rápido que la cerveza, por lo que le estamos dando a la cerveza una “camisa” que se enfriará rápidamente en el congelador e irá a su vez enfriando la cerveza. Se podría decir que el agua ejerce de conductor del frío del congelador, ya que si no se debería enfriar únicamente por convección (contacto con el aire frío del congelador) que es mucho más lento.
Los contras: No es un método tan rápido ni efectivo como el del hielo y la sal, pero mucho menos aparatoso, aunque quitar una servilleta mojada de nuestra cerveza tampoco es que sea muy agradable.
Otro método menos recomendable
Girar la botella rápidamente en el hielo con un taladro: Sí, habéis leído bien. Tal como se puede ver en el vídeo, con ayuda de la tapa de un termo y un taladro hacemos girar rápidamente la cerveza en el hielo. Eso hará que se enfríe en un minuto gracias a que la energía dinámica que introducimos hace que el hielo alrededor se derrita un poco y la cerveza se enfríe básicamente por conducción. Es como si aceleráramos el proceso de simplemente sumergirla en hielo. El problema, que a nadie con dos dedos de frente se le ocurre agitar una cerveza de esa manera.
En cualquiera de los casos, el mayor riesgo al enfriar una cerveza rápidamente es que se nos vaya la mano al enfriar, y nos carguemos la cerveza porque se haya empezado a congelar. A la cerveza no le pasa nada por enfriarla rápidamente, sabe igual de bien, pero siempre que no bajemos mucho de su temperatura óptima de servicio, y como mucho mucho a uno o dos grados centígrados.
Fuente: Directo al paladar