Francisco calla a los críticos, se viste de campeón con AC

Francisco Peña añoraba demostrar que posee el ta­lento para contribuir a un conjunto a la obtención de una corona y por ende de­tener ataques tildados por algunos fanáticos de las Aguilas a nivel de radio, redes y esquinas.

Participó en 19 de los 30 choques de la regular y con aperos en manos se ti­ró prácticamente solo de­trás de la receptoría, dos series de grandes calibres, primero frente a los temi­bles Toros y luego ante la también gran alineación de los Gigantes del Cibao, en la final.

“Quería demostrar que tengo la capacidad de ser un jugador importante pa­ra un gran equipo, así co­mo las Aguilas”, expresó la máscara de 31 años, tras conversar con Hector J. Cruz, Editor Deportivo del Listín Diario para la actua­lidad deportiva de este ro­tativo en su versión digital.

Sin mostrar agotamien­to, a pesar de solo contar con dos días entre las dos fuertes series, peña no so­lo condujo el pitcheo de for­ma magistral, pues además contribuyó en la ofensiva y hasta se colocó parte de la capa del liderazgo que ne­cesitaban las Aguilas en su esfuerzo de rebotar de una desventaja de 1-3 e ir en busca de su cetro 22.

Algunos comentarios en los niveles mencionados ex­ternaban que no era capaz de ser un hombre conduc­tor de un equipo campeón de las Aguilas, como en el pasado fue su padre, Tony, Alberto Castillo, Charlie Sands entre otros.

Empero, Francisco lo hi­zo en todos los sentidos y se apoderó de su segundo cam­peonato con el uniforme aguilucho, pues en el 2017-18 cuando lograron la coro­na fue el receptor suplente de Cristhian Bethancourt.

“Es un campeonato que nunca olvidaré, imagínate prácticamente nací y crecí en el estadio Cibao, corre­teando por todos lados y ju­gando con el pentágono co­locado desde poco después de la segunda base para po­der conectar jonrones”, ex­puso Peña.

Antes de jugar con mayor frecuencia con los cibaeños, permaneció en sus primeros años como un receptor su­plente, primero de Alberto Castillo, luego casi siempre de Mike Napoli, cuando ve­nía como refuerzo del club.

Grandes logros
Francisco no lo piensa mu­cho cuando expresa que la recién alcanzada corona de las Aguilas se inscribe en­tre los grandes logros alcan­zados en su carrera. Esto es junto a ser miembro del equipo campeón que en el 2013 conquistó el Clásico Mundial de Béisbol, así co­mo la Serie Mundial logra­da como miembro de Kan­sas City en el 2015.

En total ya son siete los anillos de campeón que ex­hibe Francisco, pues a los dos mencionados se unen el de la Serie del Caribe en 2012 cuando fue sustitu­to de Wilkin Castillo con el Escogido, corona 21 con las Águilas en 2018 (Christian Betancourt). Así como dos como campeón en Triple A, con Omaha Storm Chasers (Reales, 2014), el puesto era de Brett Hayes y con Sacra­mento River Cats (Gigantes, 2019) cuando Aramis Gar­cía comandó la posición.

Tony su gran mentor
Nadie discute que su proge­nitor, Tony ha sido el mejor cátcher dominicano en el béisbol invernal y Grandes Ligas, uno de los más sobre­salientes de América Latina y Francisco aprovecha a la perfección esa coyuntura.

“Cuando estoy en Esta­dos Unidos conversamos cada día, siempre me man­tengo consultándolo sobre diferentes tópicos”, externa el receptor.

Labor
Citó la primera victo­ria de la serie obtenida cuando culminaron el juego con una doble ma­tanzas, así como los ba­tazos de Juan Lagares, todos en momentos cru­ciales del club.

Average sobre .300
En los siete juegos de la final ante los Gigantes, Peña bateó para .333 (21-7), con dos cua­drangulares, dos do­bles, tres remolcadas, seis anotadas, y un por­centaje de embasarse de .462, solo detrás de Ro­nald Guzmán (.500)… y una defensa premium, con un manejo del pit­cheo clave