Hacer ejercicio te puede ayudar cuando más lo necesitas
Hace unos dos años, Tamara Grand experimentó el mayor horror que cualquier madre pueda tener: la pérdida de un hijo. Luchando contra su pena, la entrenadora personal de 49 años regresa a su primera línea de defensa cuando está estresada: el ejercicio. Aunque nada podría llenar el agujero en el corazón de Grand, lo cierto es que ella ha encontrado que el movimiento hace que sea más fácil enfrentar su dolor y seguir adelante.
Robert Neimeyer, profesor de psicología en la Universidad de Memphis, ha centrado su investigación y su práctica en el duelo. Él dice que, si bien el ejercicio no es de ninguna manera una panacea, sí que puede desempeñar un papel valioso en la adaptación de la pérdida. “Proporciona beneficios directos al estado de ánimo y la salud, además de dar beneficios indirectos, ya que te fuerza a salir del aislamiento del mundo”, apunta.
Allison Gilbert, una neoyorquina experta en duelo y autora de Passed and Present, asegura que lo que el dolor te quita la energía, la alegría y el enfoque, pero eso te lo puede devolver el ejercicio. “La muerte de un ser querido implica un gran nivel emocional. El ejercicio te permite entrar en un espacio en el que puedes concentrarte en ti mismo y ayuda a disminuir la huída de tu energía al tiempo que restaura tu estabilidad emocional”, comenta.
El vínculo entre el ejercicio y la depresión, a menudo, es un sello distintivo de la pena y está muy bien documentado. George Mammen, candidato a doctor de la Universidad de Toronto, revisó 25 trabajos de investigación y concluyó que el ejercicio moderado puede aumentar el estado de ánimo y ayudar a prevenir la depresión a largo plazo. “Muchos estudios han demostrado la efectividad de los regímenes de ejercicio en la mejora del estado de ánimo de las personas que están moderadamente deprimidas y los efectos que ser observan semanas después de comenzar un programa de acondicionamiento físico”, señala Neimeyer.
Neimeyer señala que la aptitud “empuja hacia atrás” los riesgos de la salud física en el duelo. “La investigación sugiere que tener una rutina de ejercicio regular lleva a una estructura saludable en la vida, contribuyendo a una mejor nutrición y a unos buenos patrones de sueño”, apunta. “De esta manera, el ejercicio promueve resultados positivos e indirectamente mitiga el impacto negativo del dolor, como comer mal o confiar en vicios para animarnos o calmarnos”, agrega.
Numerosos estudios han considerado el ejercicio como un método para tratar la depresión. Patrick Smith, profesor asociado de psiquiatría en la Universidad de Duke y coautor de varios estudios sobre el tema, se pregunta: “¿Es el ejercicio un tratamiento viable para la depresión?”. “La historia es que en la mayoría de los estudios, el ejercicio es tan eficaz como los antidepresivos”, subraya.
Lo que Smith y otros científicos no han determinado es la cantidad de ejercicio que se requiere para proporcionar los beneficios del humor. “Utilizamos protocolos estándar de rehabilitación cardiaca (tres veces por semana a un 70-85 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima) en nuestros estudios, muy necesarios para los beneficios”, señaló en el resumen de uno de sus análisis. “Sabemos que los neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro) se modifican a través del ejercicio, y eso es lo que mejora el estado de ánimo”, agregó.
Ese efecto es transitorio ya que las personas experimentan una oleada inducida por el ejercicio y por sustancias químicas cerebrales asociadas con un estado de ánimo mejorado, según comenta Smith. Pero “una vez que sienten los efectos, es más probable que regresen a por más, lo que puede llevar a cambios e impactos duraderos”.
Sin embargo, con el tiempo, “estos mismos cambios parecen ser más duraderos, con efectos sistémicos”, que causarían el crecimiento de las neuronas en una parte del cerebro que, a menudo, se atrofia en las personas deprimidas.
“La clave es que los pacientes encuentren algo conveniente y lo suficientemente agradable como para que se mantengan a largo plazo”, afirmó a través de un correo electrónico. “Es difícil cuantificar los efectos antidepresivos a largo plazo del ejercicio pero lo mejor para remitir la depresión es continuar haciendo ejercicio”, admite.