¿Cómo afrontar la espera de la prueba que determina si tenemos cáncer?
Cuando a una persona le detectan un bulto o mancha sospechosa y le realizan una prueba para determinar la posibilidad de un cáncer, el tiempo de espera hasta obtener el resultado le genera un estado de estrés, tristeza y angustia que, en muchos caso, es peor, incluso, que el que padecen en el momento en que les dicen que el resultado es positivo.
«No saber qué podrá pasar, si durante ese tiempo de espera se extenderá la enfermedad, qué ocurrirá con el tratamiento, si será eficaz y dará resultado, cómo cambiará su vida personal, familiar, profesional… son ideas que dan vueltas en la cabeza del paciente y le hacen pasar por momentos muy complicados, más que cuando le dicen que tiene cáncer porque en ese momento ya sabe lo que tiene en su cuerpo y se le presenta un plan de tratamiento», asegura María Die Trill, coordinadora de la unidad de psico-oncología del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
Margarita Feyjóo, jefe del servicio de oncología del Hospital Sanitas La Moraleja, coincide en que la espera para conocer si el diagnóstico es positivo o negativo es la peor fase, independientemente del resultado. «Ante la incertidumbre surgen miedos y la mente se llena de muchos “fantasmas” y pensamientos todos negativos, mucho más, incluso de lo que después pueda llegar a ser la realidad».
Por esperar unos días la enfermedad no empeora
No hay que olvidar que los tiempos para el médico y paciente son muy distintos. «Para el doctor tres días no son nada para obtener el resultado de una prueba, pero para el paciente es una eternidad. Por eso —prosigue Feyjóo— es muy importante la labor de los médicos con este tipo de pacientes, porque deben advertirle que no por esperar más días su posible enfermedad va a extenderse y ser mucho peor. Este pensamiento, que es muy habitual en pacientes, no es cierto».
Es más, actuar con prisas y realizar un diagnostico aceleradopuede llevar a decisiones no acertadas. Lo importante es seguir la hoja de ruta.
Nunca decir «no te preocupes»
Los familiares no deben dejarles solos, mejor mostrarles proximidad
María Die añade que es normal que una persona en esta situación se encuentre triste y nerviosa. «La familia deberá tenerlo presente, y no tenerle en cuenta si en algún momento parece ausente, enfadada… Los familiares deben permitirla momentos de bajón y acompañarla sin menospreciar sus sensaciones y emociones. Por ello, es importante no dejarles nunca solos, es mejor mostrarles proximidad».
Concretar qué es lo que necesita
La doctora del Gregorio Marañón también apunta que es esencial que el paciente pida ayuda a la familia y concretar qué es lo que necesita. «En muchos casos, los familiares hacen cosas pensando que le aportan un bien, pero no es así, le hacen sentir como un enfermo, un inútil. No es positivo sobreprotegerle. La ayuda debe ser eficaz. También hay que preguntarle cómo se siente y que sepa que tiene a quién recurrir. Si no se sabe que decirle, lo mejor es no decir nada».
Otra recomendación de los especialistas es no convertir la posible enfermedad en el centro de la vida del paciente. Para ello, debe continuar con su vida habitual y si es posible, realizar alguna actividad nueva que le haga olvidar la espera.
Otro importante consejo que ofrece la jefe del servicio de oncología del Hospital Sanitas La Moraleja, es que el paciente no recoja el resultado antes y abra el sobre. Lo mejor es que espere a recibir el diagnóstico en consulta porque, si se adelanta, leerá cosas que no entenderá y quizá conceda importancia a cosas que, en realidad, no la tienen y su angustia será mayor. «El paciente tiende a ver resultados negativos y a malinterpretar frases. No sirve de nada complicarse más la espera»