¿Es ético crear un bebé con tres padres?
Las autoridades británicas iniciaron una consulta pública para decidir si es ético utilizar una técnica de fertilización para crear bebés con material genético de tres padres.
La técnica sería utilizada para evitar la transmisión de las llamadas enfermedades mitocondriales, que se transfieren únicamente de la madre al niño.
Estos trastornos son causados por defectos en la mitocondria, el “motor” de las células, y pueden causar síntomas como atrofia muscular, ceguera, enfermedades intestinales y cardíacas afectando severamente a los pacientes y reduciendo sus expectativas de vida.
Con el procedimiento de fertilización in vitro se extraería la mitocondria defectuosa para reemplazarla con la de una donante sana.
Pero como la mitocondria contiene sus propios genes y su propio ADN, esto significa que el embrión producido con este procedimiento contiene material genético de tres personas: sus padres y la donante.
Actualmente en el Reino Unido está permitido llevar a cabo reemplazo de mitocondria en el laboratorio, pero los embriones creados no pueden usarse en los tratamientos.
Con la consulta pública, coordinada por la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología de Reino Unido (HFEA, por sus siglas en inglés), el gobierno podría reformar las leyes para que una pareja en riesgo de enfermedades mitocondriales pueda ser sometida legalmente al procedimiento.
Territorio no explorado
La mitocondria es la encargada de proveer energía a cada célula en el organismo.
Ésta se transfiere en el óvulo de la madre hacia el bebé. El padre no transfiere mitocondria en el esperma.
Una de las principales objeciones al procedimiento es que los cambios que se lleven a cabo en la mitocondria afectarán la linea germinal. Es decir, sería una forma permanente de modificación genética porque el ADN mitocondrial donado sería transmitido a futuras generaciones.
“Se trata de equilibrar el deseo de ayudar a las familias a tener niños sanos con el posible impacto en los propios niños y en la sociedad”
Prof. Lisa Jardine, HFEA
Ésta es una de las consideraciones éticas que será discutida en la nueva consulta.
“La decisión sobre si el reemplazo de la mitocondria debe hacerse disponible para tratar a los pacientes no sólo es un asunto de gran importancia para las familias afectadas por estas enfermedades terribles, sino también es de enorme interés público”, expresa la profesora Lisa Jardine, presidenta de la HFEA.
“Como se trata de una modificación genética en el óvulo, nos encontramos con un territorio que no ha sido explorado”.
“Una vez que se ha hecho la modificación genética debemos estar totalmente seguros de que se ha hecho lo correcto”, agrega.
Según la científica, es un asunto de “equilibrar el deseo de ayudar a las familias a tener niños sanos con el posible impacto en los propios niños y en la sociedad”.
¿Y los niños?
La consulta también tomará en cuenta otros asuntos éticos.
Por ejemplo, ¿cómo se ven afectados los niños que nacen con estas técnicas?, ¿cuándo se les debe informar y qué impacto tendrá en los padres y en la mujer donante?
Tamién se debatirá si la mujer que dona el material mitocondrial debe ser considerada de forma similar a las mujeres que donan óvulos para fertilización in vitro.
Los detractores dicen que el método es “innecesario y peligroso”.
No es la primera vez que se discute el asunto.
Un informe del Consejo Nuffiled de Bioética, un organismo independiente de expertos en bioética médica, afirmó en junio pasado que el tratamiento era ético.
Pero el grupo Human Genetics Alert se opone al procedimiento porque, según dice, es “innecesario, peligroso y marca un precedente para el diseño de bebés genéticamente modificados”.
Se espera que la consulta termine en diciembre y que los resultados se conozcan el año próximo.
Sin embargo, aún si el gobierno británico decidiera que la técnica debe permitirse, todavía deberán llevarse a cabo más estudios para confirmar su seguridad.
Una de las pioneras de esta investigación, la profesora Mary Herbert de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, expresa que “ahora estamos llevando a cabo experimentos para probar la seguridad y eficacia de estas nuevas técnicas”.
“Completar el trabajo podría tomar entre tres y cinco años”, agrega.
Se calcula que uno de cada 200 niños nace cada año con un defecto en la mitocondria.