Investigadores españoles descubren un tratamiento contra un grave cáncer infantil
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), en Barcelona, han descubierto una molécula con la que inducir la muerte celular en pacientes afectados por un rabdomiosarcoma alveolar, un hallazgo que puede abrir una nueva vía de tratamiento de este grave sarcoma infantil.
En concreto, y según los resultados de un estudio que publica la revista ‘Cancer Research’, la apoptosis o muerte celular en estos tumores la han conseguido inhibiendo el metabolismo de la glucosa con la molécula 2-deoxiglucosa (2-DG), muy similar a la que se utiliza en la tomografía por emisión de positrones (PET).
El rabdomiosarcoma es el tumor de tejido blando más común en niños y adolescentes, y representa entre el 4 y 5 por ciento de los tumores pediátricos. Generalmente se presenta en dos formas: el rabdomiosarcoma embrional, el tipo más frecuente y menos agresivo, y el alveolar, de peor pronóstico.
El tratamiento más utilizado para este último tipo de sarcoma es la cirugía mientras que la quimioterapia no suele ser eficaz. Los tratamientos con quimioterapia no son eficaces y actualmente la tasa de supervivencia cinco años después del diagnóstico es del 70 por ciento.
Por ello, en los últimos años se había comenzado a estudiar el metabolismo tumoral como posible diana terapéutica, ya que varias vías metabólicas presentan funciones diferentes en células tumorales y en células sanas.
Entre otras, según han explicado los autores del estudio al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), se observó que la glicolisis (oxidación de la glucosa para obtener energía) aumenta en algunas células tumorales, lo que las hace particularmente sensibles a inhibidores de la glicolisis, como la 2-deoxiglucosa.
En virtud de esta asociación, en el estudio, coordinado por la jefa del grupo de Regulación de Muerte Celular, Cristina Muñoz, y el jefe de grupo de Sarcomas, Òscar Martínez-Tirado, trataron de comprobar ‘in vitro’ si esta molécula conseguía inhibir el metabolismo de la glucosa que la célula tumoral necesita, provocando su muerte.
Según la investigadora Cristina Muñoz, en declaraciones recogidas por Europa Press, esta molécula “frena el crecimiento de las células tumorales, provoca su muerte y un porcentaje de ellas sufre una diferenciación terminal, de manera que presentan el aspecto de células musculares sanas”.
Además, reconoce que el hecho de que sea “muy similar” a la que se usa en las técnicas de imagen PET y se estén realizando ensayos clínicos con otros tumores, demuestra que, a dosis altas, esta molécula es poco tóxica y “sería relativamente fácil poderla usar en tratamientos de rabdomiosarcoma alveolar”.
Por su parte, Muñoz ha añadido que “el hecho de conocer el mecanismo celular que provoca la muerte de estas células tumorales permitirá, en el futuro, afinar más en los tratamientos y hacerlos más personalizados”.
Fuente: Europa Press