¿Te someterías a un trasplante de caca?
Para quienes se quedaron con ganas de probar la primera hamburguesa de caca, buenas noticias: podras introducir caca de otra persona diluida en una solución salina. ¿Por dónde? Ahí viene lo mejor: por la nariz y la boca. Aunque también cabe la posibilidad de hacerlo a través de un edema o por colonoscopia.
Pero esta técnica nada tiene que ver con la coprofagia extrema sino que es la forma en la que se hacen trasplantes de caca. Un trasplante de caca o bacterioterapia fecal sirve para sustituir las heces enfermas por heces sanas, un tratamiento que se emplea para combatir los efectos de la bacteria Clostridium difficile, responsable de 500.000 casos anuales de infecciones en los Estados Unidos, y aproximadamente 15.000 muertes cada año.
Gracias al trasplante de la caca fresca de un donante sano, se podra recolonizar la flora intestinal con los microorganismos necesarios para mitigar la diarrea crónica que provoca la bacteria mencionada.
Según el gastroenterólogo australiano Thomas Borody, la técnica logra ser efectiva en un 90 % de los casos, pero aún se encuentra en fase experimental. El propio Borody es taxativo con las posibles reticencias que tengamos a un trasplante de caca:
Básicamente, le temen a la caca. No se dan cuenta que es un órgano del cuerpo. Ellos trasplantarán médula ósea e hígados, pero no heces.