¿Temblor en las manos? Mira cómo identificar cuando estas frente al mal de Parkinson
Abril es el mes del cerebro y una de las patologías que derivan de alguna falla en él es el Mal de Parkinson. La enfermedad es un trastorno que afecta las células nerviosas, o neuronas, en una parte del cerebro que controla los movimientos musculares. Se estima que afecta a aproximadamente 3 mil chilenos, mientras que la Organización Mundial de la Salud advierte que en el mundo esta cifra se duplicará en veinte años.
La doctora Evelyn Benavides, Neuróloga de Clínica Vespucio (Chile), aclara que se produce porque las neuronas que producen una sustancia química llamada dopamina mueren o no funcionan adecuadamente. Normalmente, la dopamina envía señales que ayudan a coordinar sus movimientos. El origen del daño de estas células aún es desconocido.
Los síntomas de la enfermedad provocan diversos trastornos que se ven reflejados en dificultades para comer, dormir y caminar. “Son los síntomas que van apareciendo en el tiempo los que dan las herramientas para determinar la enfermedad. Los más característicos se relacionan con temblor de reposo en las manos, en general con inicio en un lado del cuerpo, rigidez para caminar, caídas frecuentes, disminución del tamaño de la letra y dificultad para realizar movimientos finos. Hay que descartar otras condiciones que producen síntomas similares, relacionadas con algunos fármacos, problemas de tiroides, infartos cerebrales, entre otras”.
El tratamiento para esta patología consiste en medicamentos que aumenten la disponibilidad de dopamina en las uniones entre las neuronas. También es importante la estimulación cognitiva (ejercicios para la memoria), ejercicio físico y evitar caídas. “Existe un tratamiento con cirugía que estimula algunos sitios cerebrales involucrados en esta enfermedad, pero es para un grupo especial de pacientes, en general menores de 50 años de edad”, afirma la doctora Benavides.
De esta forma, la especialista ratifica que no hay una cura para el mal de Parkinson ni formas de prevenirla. Y por tanto, lo más importante es la consulta precoz ante la sospecha para que el tratamiento sea lo más efectivo posible.