Los síntomas son parecidos a los del resfriado común: fiebre alta, tos constante, secreción nasal, dolor de garganta, dolor de cabeza y en el cuerpo, náuseas, escalofríos, irritación en ojos, dificultad para respirar y pérdida de apetito. La diferencia es que el cuadro se complica en 48 horas y compromete el sistema respiratorio.

Estornudar y toser cubriendo la cara con la parte interna del codo, lavarse las manos con frecuencia y usar jabón antibacterial son las principales medidas preventivas, de este modo se reduce en 70 % la probabilidad del riesgo de contraer el virus. Es nociva la automedicación, opinaron desde la Federación Venezolana de Médicos.

El origen de la infección es una variante de la cepa H1N1, con material genético de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana, que sufrió mutación y dio un salto entre la especie de los cerdos a los humanos, contagiándose de persona a persona, según voceros de la Organización Mundial de la Salud.