La accidentada construcción de los Medias Blancas
Los Medias Blancas de Chicago iniciaron la construcción de un proyecto con la base de soportar cualquier estructura.
Habían visto a los anteriores prospectos Andrew Vaughn, Eloy Jiménez y Luis Roberts alcanzar el nivel de Grandes Ligas, apoyando los adelantos que José Abreu y Tim Anderson habrían estado haciendo a la obra.
Impulsar la superficie ha sido el paso incompleto de lo que dictaban los planos, teniendo un equipo que en la primera parte del 2023 presenta récord de 10 victorias con 22 derrotas, arrastrando una serie de infortunios como haber quedado ausentes de la postemporada un año antes.
Y mientras levantar las columnas que sirvan de sostén no logra ser posible, la organización tampoco se repone del golpe que fue perder en la agencia libre las aportaciones de Abreu – firmado hasta el 2025 por los Astros de Houston – o la imposibilidad que unir a Jiménez y Roberts estando ambos totalmente saludables.
Los limitados esfuerzos por conseguir peloteros que puedan marcar diferencias han incidido en el detrimento de la construcción de un plantel que estuvo llamado a estar en competencia.
Mirando desde el retrovisor lo que fuesen registros de la campaña pasada, evidenciamos que el bateador de mayor cantidad de jonrones dentro de los patiblancos apenas alcanzó 17 (Vaughn en 132 partidos) y, que de forma combinada, el conjunto se limitó al porcentaje en base de .310.
A pesar de la urgencia por aglutinar un núcleo que sume números de poder y la disciplina para aumentar el tráfico en las almohadillas, estos decidieron involucrarse en los fichajes de Andrew Benintendi, Elvis Andrus y Hanser Alberto.
Ninguno de los anteriores posee las características de un toletero que pueda suplir los requeridos batazos de larga distancia, cuando entre los tres unen esfuerzos para 24 vuelacercas en el ejercicio de totalizar las estadísticas de 2022.
Haciendo acto de salvedad, únicamente Benintendi tuvo una tasa de conseguir llegar a la base superior a la media.
La ofensiva no ha sido el único apartado impedido de alcanzar un nivel más alto dentro de los Medias Blancas, una situación que se expande en cada rincón.
Por ejemplo, el cuerpo de relevistas no cuenta con Liam Hendriks luego de ser diagnosticado con cáncer. Actualmente está libre de la enfermedad, aunque recién retorna a las actividades deportivas.
Reynaldo López ha tenido que ser la respuesta apresurada ante la situación en la que se ve involucrado Hendricks, pero teniendo una actuación inefectiva mientras posee promedio de carreras limpias de 8.78 en los primeros 15 relevos.
Aun en esta situación existen historias alentadoras, cuando el novato Gregory Santos exhibe PCL de 1.62 en igual cantidad de partidos que López.
Lástima que no revierte la generalidad del combinado, puesto que el bullpen presenta vicisitudes a un nivel que el 12.1 por ciento de los enfrentamientos han terminado en bases por bolas.
Las sombras también se posicionan en la imagen de la rotación, cargando con un rendimiento que les hace registrar efectividad de 5.12.
Esto producto de episodios aproximados al retroceso de Dylan Cease – segundo en la carrera por el Cy Young la pasada zafra – y talentos que continúan sin encontrar el punto de despegue como Michael Kopech que lidia con dificultad en el comando.
La franquicia tampoco tiene los materiales suficientes que, en lo interno, les permitan reponerse y salir fortalecidos del letargo.
El cubano Oscar Colás es alguien de quien se espera trascendencia en el mediano plazo, un jardinero con experiencia en la Serie Nacional de Cuba y el béisbol de Japón con la capacidad de sumar extrabases.
Había iniciado la temporada de la mano con el equipo grande, aunque las señales de bajo rendimiento lo terminaron apartando con camino hacia la novena de Triple-A que tiene sede en Charlotte.
De acuerdo con las evaluaciones de pretemporada de MLB Pipeline, la organización fue posicionada en el lugar número 26 dentro de los mejores sistemas de ligas menores.