La desafiante vida de madres que sirven al Cuerpo de Bomberos de Santiago

Con una profunda vocación de servicio, amor y entrega, es como mujeres del Cuerpo de Bomberos de Santiago realizan una labor diaria arriesgada y desafiante, donde han tenido que cambiarse el uniforme de madres por el de bomberas, sin dejar de lado ninguno de los roles.
Un caso que sirve de ejemplo es el de Yeniffer Acevedo, sargento mayor del Cuerpo de Bomberos de Santiago, quien con tan solo 16 años quiso comenzar su labor de servicio en la Cruz Roja, pero fue con la ayuda de un amigo que logró incorporarse a los bomberos, donde dice sentirse feliz de pertenecer a esta institución.
“Desde muy joven yo comencé a sentir el deber de ayudar y servir, por eso cuando vi la oportunidad con mi amigo, me integré como voluntaria”, expresó la joven que actualmente tiene 28 años y es madre de dos niños de cuatro y seis años.
Con más de una década de servicio, Yeniffer destaca como su parte favorita de su labor, es poder ayudar a una persona cuando lo necesita, enfatizando los momentos de desesperación que se vive en los servicios.
“Es muy gratificante cuando puedes ayudar a una persona cuando se encuentra en una situación vulnerable y que en medio de la desesperación cuando llegamos a los servicios que vemos sus rostros, de no poder hacer nada, y nosotros, que contamos con las herramientas para ayudarlos, lo hacemos, es reconfortante”, expresó.
Narra que siendo menor, cuando comenzó a formar parte de los bomberos, su madre siempre la apoyó pero tuvo temor de permitirle ingresar a la institución, debido al riesgo al que se exponen constantemente. Sin embargo, esto no fue obstáculo para que pudiera servir como tanto lo anhelaba.
Durante el periodo de sus embarazos, los vivió ejerciendo su labor y aunque su servicio se valía de asuntos administrativos, asegura tuvo procesos tranquilos gracias al apoyo de sus compañeros.
Con la misma vocación con la que sirve en los bomberos, Yeniffer ejerce su rol de madre, con determinación y un infinito amor hacia sus hijos, aprovechando cada momento libre para compartir con sus descendientes, llamándolo “tiempo de calidad”.
“Siempre que tengo un tiempo con ellos trato de aprovecharlo jugando, hablando y les dejo saber que cuentan conmigo”, dijo, señalando que resulta aún más difícil cuando se enferman y a pesar de eso, tiene que salir a ejercer su deber. Asimismo, cuenta que sus hijos se sienten orgullosos de tenerla como madre, ya que siempre que asiste a una reunión de la escuela o cuando ella llega a algún lugar con su uniforme, la admiran y le dejan saber a sus compañeros que su mamá es bombera.
“Eso es más que gratificante para mí”, indicó, palabra con la que describe toda su experiencia de servicio.
YANERLIN OTRA MADRE BOMBERO
Yanerlin García es capitana del Cuerpo de Bomberos de Santiago, con 10 años de servicio, ingresó a sus 20, tras realizar una visita a la estación y salir de allí deseando formar parte de la institución.
“Mi interés fue algo de la nada, porque cuando yo conocí lo que se hace aquí, supe que quería formar parte”, expresó, tras afirmar que se integró automáticamente de manera activa, sin haber sido voluntaria. Tres años más tarde, llega a su vida su hija, quien actualmente tiene 6 años, trayendo consigo nuevos retos y nuevas responsabilidades para Yanerlin, quien debido a su labor tiene una hora de salida, pero no de regreso.
Asimismo, narra que durante su etapa de embarazo se aferró tanto a su servicio que estuvo laborando hasta su último día de gestación.
“Yo di a luz un lunes y el sábado anterior todavía estaba aquí en la estación, trabajando. Fue una experiencia muy bonita porque mis compañeros siempre estuvieron conmigo en el proceso”, expresó asegurando que se sintió en familia durante todo el embarazo.
Admite que a pesar de lo difícil que resulta llevar ambos roles día tras día, agradece el apoyo incondicional de sus compañeros, quienes entre ellos, buscan la manera de que tanto ella como sus demás compañeras que también son madres, puedan estar presentes en ambos lados.
Tras su larga trayectoria como miembro del cuerpo de Bomberos de Santiago, Yanerlin narra que la parte más difícil es despedirse de su hija y de su madre, es no saber si regresará.
“Es lo más difícil, tener que salir y dejar a mi hija cuando me pregunta que a dónde voy y me dice: “cuídate mami, que regreses bien”, esa es la parte que me rompe”, narra García, asegurando que al mismo tiempo, le sirve como motivación para cuidarse y poder regresar con bien a su hogar, junto a su hija.