La Fundación Británica del Corazón dijo que el estudio desarrollado en Londres y publicado en la revista Brain, Behaviour and Immunity, reforzó la necesidad de abordar las desigualdades sociales.
Conexión entre salud y estatus socio-económico
La conexión entre la salud y el estatus socio-económico logró establecerse con precisión en esta investigación.
Por ejemplo, las familias pobres son más propensas a fumar más y hacer menos ejercicio. Además tienen menos acceso a la atención sanitaria de buena calidad, en comparación con aquellas familias más ricas.
El nuevo estudio sugiere que la educación podría ser más determinante a largo plazo en la personas que su actual ingreso monetario y estatus social.
“La educación determina la clase social que las personas adquieren a temprana edad y nuestra investigación sugiere que es la exposición prolongada a un estatus social más bajo lo que promueve una aceleración del envejecimiento celular”
Andrew Steptoe, del University College de Londres.
Tal como indica Pallab Ghosh, experto en temas científicos de la BBC, los investigadores sugieren que la educación puede permitir a la gente tomar mejores decisiones que afectan su salud a largo plazo.
Los investigadores también creen que la gente bien cualificada académicamente podría estar bajo menos estrés a largo plazo, o ser más capaces de lidiar con el estrés.
El profesor Andrew Steptoe, del University College de Londres, quien dirigió el estudio, dice: “La educación determina la clase social que las personas adquieren a temprana edad y nuestra investigación sugiere que es la exposición prolongada a un estatus social más bajo lo que promueve una aceleración del envejecimiento celular”.
El equipo del profesor Steptoe tomó muestras de sangre de más de 400 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 53 y los 75 años.
Telómeros
Luego midieron la longitud de las secciones de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas.
Estas secciones -llamadas “telómeros”- cubren los cromosomas, protegiéndolos de los daños. Los telómeros más cortos se consideran un indicador de un envejecimiento más rápido.
Los resultados mostraron que las personas con menor nivel de estudios tenían telómeros menos largos, lo que indica que podrían estar envejeciendo más rápido.
Los investigadores también señalan que la longitud de los telómeros no se vio afectada por la condición social y económica cuando se trata de adultos mayores.