La Guerra de Abril 50 Años Después
La guerra civil de 1965 es uno de los acontecimientos históricos, más importantes de la República Dominicana. El 24 de abril, quedó grabado en los miles que entregaron cuerpo y alma en el combate y de aquellos cuyos corazones ardían con una intensa llama patriótica.
La revuelta de abril de 1965 fue el resultado de la crisis política imperante en el país, luego del ajusticiamiento de Rafael Leónidas Trujillo en 1961 y el golpe de estado al gobierno del profesor Juan Bosch en 1963. Desde entonces la tensión provocada por los trujillistas y sus represalias y el rechazo de la población a la deposición de la constitución de 1963 mantenía la nación en una condición crítica que se reflejaba sobre todo a nivel del poder ejecutivo.
La revolución estalló el sábado 24 de abril y dividió Santo Domingo en dos “ciudades” separadas por el puente Duarte. A un lado estaban los militares constitucionalistas liderados por el Coronel Lora Fernández y al otro los militares apoyados por Estados Unidos al mando de Elías Wessin y Wessin.
Para entonces el país vivió uno de los momentos más críticos de la historia al desencadenarse la guerra civil. En medio de la revuelta Juan Bosch delegó sus derechos constitucionales sobre Francisco Alberto Caamaño Deñó quien se convirtió en el presidente del país.
Durante la guerra que se extendió desde el 24 hasta el 3 de septiembre, la nación dominicana vio unificarse muchos de sus sectores en contra de la segunda intervención norteamericana, que había resultado de la intromisión estadounidense alegando la protección de ciudadanos norteamericanos en tierra dominicana.
Tras meses de combate en los que se produjeron declaraciones de victoria de uno y otro bando, llegaron al país las Tropas Interamericanas de Paz de la OEA con soldados brasileños, nicaragüenses, hondureños entre otros. Mientras tanto Caamaño hacia llamados a la población a cultivar la unidad del pueblo ya que entendía que era esa la clave para expulsar los invasores “yankees” y de recuperar la paz y la estabilidad.
El 2 de septiembre Caamaño renunció a la presidencia constitucional diciendo: “porque el pueblo me dio el poder, al pueblo vengo a devolverle lo que le pertenece, nunca con tanta heroicidad y valentía el pueblo había luchado contra un enemigo tan poderoso en armas y número”.
El fin de la guerra se produjo el día 3 de septiembre aunque los conflictos y discordias se mantuvieron por largo tiempo y se amainaron con la llegada al poder de Joaquín Balaguer el año siguiente.
La Guerra de Abril fue una muestra fehaciente de la valentía del pueblo dominicano en la defensa de su soberanía y de su legitimidad. Si bien es cierto que muchos compatriotas se aliaron a los opositores de los constitucionalistas, la dominicanidad ondeó muy alto en la bandera tricolor. Y aunque el derramamiento de sangre manchó las calles del país, marco los corazones nacionales inspirándoles a luchar por lo propio.
Hoy a 50 años de la revuelta muchos piensan que la guerra fue cruel e innecesaria, otros que la intromisión de Estados Unidos despertó el orgullo nacional y los expulsó. Hay quienes dicen que gracias a ese conflicto bélico el país tiene más libertad de expresión. Lo cierto es que hoy no solo se conmemora un año más de la Guerra Civil de 1965 sino de la valentía nacional porque “Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo que esta sea la última vez en nuestra historia que un gobierno legitimo tenga que abandonar el poder bajo presión de fuerzas nacionales o extranjeras… y tengo fe de que así será”. Francisco Alberto Caamaño Deñó.