La inclinación de la torre de Pisa
No está muy claro quién fue el arquitecto al que se le encargó la construcción. Se cree que su autor fue Bonanno Pisano, quien comenzó las obras en el siglo XII, exactamente en el año 1173.
La torre de Pisa tenía que ser completamente vertical como todas las torres, pero las cosas no salieron como estaba planeado.
Tardaron cinco años en levantar los tres primeros pisos y cuando se estaba construyendo la cuarta planta, se vio que algo iba mal: ¡La torre se estaba inclinando hacia el Norte!
¿Qué crees que pasaría si de repente, el suelo comenzara a moverse? Posiblemente te costaría mantener el equilibrio, te inclinarías en alguna dirección e incluso podrías caerte.
El movimiento y la poca sujeción de tus pies son la causa. Si por el contrario, estuvieras enterrado hasta las rodillas, te mantendrías derecho y el peligro de venirte abajo sería mínimo ¿verdad?
Bien, este es un sencillo ejemplo casero que se me ocurre para explicarte la razón de que la torre se haya desplazado con respecto a su eje vertical.
La clave está en el suelo. El lugar donde se asienta la torre es muy poco estable. El subsuelo es pantanoso y está formado sobre todo por arena y arcillas, por lo que no es muy compacto y tiende a deformarse y a moverse.
Al problema del suelo se unió que la parte de la torre que está enterrada, es decir, donde va anclada, que son los cimientos, tienen sólo 3 metros de profundidad… ¡Muy poca fijación para una torre de 55 metros de altura y casi 15 mil toneladas de peso!
Ambos factores unidos dieron como resultado una construcción que cada año iba alejándose de la perpendicular y acercándose al suelo peligrosamente.
Ante el riesgo de derrumbe, no hubo más remedio que parar su construcción y dejarla a medias durante un largo tiempo.
Sí… las obras se retomaron, pero cien años después, en 1272, que es cuando se decide completar los pisos que faltaban y que en total eran siete más el campanario.
Para intentar nivelarla ¿qué hizo el nuevo arquitecto? Pues no se le ocurrió otra cosa que construirlos en vertical sobre la torre inclinada, haciendo para compensar un lado más alto que otro.
¡El desastre fue total! Queriendo arreglarlo lo que consiguió fue que la torre siguiera inclinándose pero esta vez hacia el Sur. De nuevo, tuvieron que dejar la torre sin terminar.
El gran temor siempre ha sido el posible derrumbe de la torre. Hasta hace pocos años, las probabilidades de caída eran muy altas. Se inclinaba más cada año y a un ritmo más rápido.
Como nadie sabía cómo evitar el posible desastre, en 1990 se prohibió que los visitantes pudieran entrar ¡Era realmente peligroso! Para que te hagas una idea, desde su construcción se había tumbado entre cinco y seis metros con respecto al eje vertical de la base.
En los últimos años se consiguió lo que parecía un milagro. El gobierno italiano reunió a un grupo de expertos que lograron, mediante un complejo sistema de consolidación y nivelación del suelo, usando materiales como el plomo y el hormigón armado, que la Torre de Pisa se asentase y además, comenzara a enderezarse.
Ahora mismo la situación está muy controlada y su inclinación es más o menos la que tenía hace dos o tres siglos. Según los más entendidos, durante los próximos 300 años no hay peligro de que se desmorone. Después… ya se verá.
¿Sería posible enderezarla del todo? Parece ser que con la tecnología actual podría hacerse, pero a nadie le interesa: perdería el encanto que la hace famosa a nivel mundial y el turismo dejaría de acudir a Italia para verla.
Cortesía: www.elnacional.com