La preocupación por el alza de precios
En distintas encuestas realizadas en el país, se pone de relieve que una de las principales preocupaciones que afecta a distintos sectores de la vida nacional, se refiere al alza generalizada de precios, que abarca los principales productos de la canasta básica familiar, los combustibles y los materiales de construcción.
Y efectivamente, así es. Durante este año, el bolsillo de los dominicanos ha sido castigado severamente por el incremento de precios en artículos como el pollo, la carne de res, la cebolla, el ajo, el pan y los aceites comestibles.
De igual manera, el precio del petróleo ha subido, de manera acelerada, hasta llegar a cotizarse en estos días a 82 dólares por barril, con una proyección de alcanzar los 90 dólares antes de finalizar el presente año. Con respecto a los materiales de construcción, los sectores involucrados en el área inmobiliaria se han mostrado alarmados ante el alza de los precios del cemento, la varilla y la madera, que muestran incrementos por encima de un 50 por ciento de su costo original.
De conformidad con cifras oficiales, la inflación interanual de mayo del 2020 a mayo de este año, llegó a un punto máximo de 10.48 por ciento, muy superior a la meta inflacionaria trazada por el Banco Central, que sería de 4%, más o menos, lo que quiere decir, que estaría entre un mínimo de 3% y un máximo de 5%.
La inflación o alza de precios era algo que había prácticamente desaparecido de la economía mundial. Pero ahora reapareció como consecuencia de las políticas de estímulo que los bancos centrales, a nivel mundial, tuvieron que aplicar como respuesta al impacto económico y social generado por el Covid-19.
Se calcula que, como respuesta a la pandemia, se produjo una emisión monetaria, de carácter global, por cerca de 10 trillones de dólares, equivalente a la décima parte del PIB mundial, que en la actualidad se estima en unos 90 trillones de dólares.
Factores de inflación
La política de expansión monetaria y fiscal aplicada por los gobiernos ha tenido como propósito estimular la recuperación económica. Al proceder de esa manera ha promovido un aumento de la demanda en un contexto en el que, por el confinamiento causado por la pandemia, ha habido una disminución de la oferta.
Debido a ese desbalance entre oferta y demanda, es lógico que se haya producido un alza de precios o inflación en los llamados productos básicos o commodities, como resultan ser, entre otros, el petróleo, el gas natural, el cobre, el acero, el trigo, el maíz y la soya.
A esa situación se le ha añadido una caída en las cadenas globales de producción, un aumento en el seguro y los fletes marítimos en el transporte de mercancías y un cuello de botella en el desmonte de los contenedores en los principales puertos marítimos del mundo.
Con las bajas tasas de interés que actualmente predominan en el sistema financiero, los bancos de inversiones, los fondos de cobertura o hedge funds y los denominados gerentes de activos, procuran aumentar los beneficios de sus clientes recurriendo a la compra de contratos a futuro de commodities, con lo cual generan una especulación financiera que, como durante la crisis del 2008, contribuye también a un alza de precios.
Todos esos son factores externos que ciertamente han contribuido al incremento de precios o inflación que se refleja en las economías del mundo, tanto desarrolladas como en vías de desarrollo.
Desde esa perspectiva, se podría argumentar que hay un componente o factor externo que impacta el alza de precios o inflación en nuestro país.
Inflación dominicana
Sin embargo, lo que en principio no resulta claro es por qué la inflación ha sido mayor en la República Dominicana que en la generalidad de los países de América Latina y el Caribe.
En efecto, de acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional, en la actualidad la inflación en nuestro país es mayor que en las hermanas naciones de Centroamérica, es decir, en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
Pero también, con la excepción de Venezuela, Argentina y Haití, está por encima de todos los demás países de la región. Por consiguiente, si bien es cierto que hay factores externos o importados que provocan la inflación o alza de precios que actualmente afecta la economía dominicana, resultan, en cambio, insuficientes para explicar por qué estamos entre los principales países de América Latina y el Caribe en lo concerniente a la inflación.
Después de mucho razonar sobre este particular, hemos llegado a la conclusión de que se trata, tal vez, de la política de expansión monetaria aplicada por el Banco Central a partir de marzo del 2020, para contrarrestar los efectos del Covid-19.
De conformidad con el Banco Central, “los bancos centrales implementaron una política generalizada de estímulos monetarios, garantizando la disponibilidad de financiamiento a menores tasas de interés, tanto para las empresas como para los hogares.”
A esto, añade: “En el caso dominicano se puso a la disposición de dichos sectores más de 215 mil millones de pesos (aproximadamente 5.0% del PIB), uno de los paquetes de estímulo más grandes en términos relativos con relación a economías similares en tamaño a la dominicana”.
En efecto, así fue. Para mitigar el desplome de la actividad económica causada por la pandemia, hubo que proveer a la economía dominicana de liquidez para iniciar un proceso de recuperación.
Pero, como en todas partes del mundo, la expansión monetaria y fiscal, ha contribuido al efecto indeseado de la inflación. Si ahora, además de la inflación importada, se le añade la expansión monetaria realizada por nuestro Banco Central, resulta fácil comprender la razón por la cual la República Dominicana se encuentra entre los primeros países latinoamericanos con mayores niveles de inflación.
En su informe de septiembre de este año, el Banco Central informa que la inflación ha empezado a bajar. De su punto máximo de 10.48% en mayo, ha disminuido a 7.90% en agosto. Ese descenso coincide con lo que la propia institución financiera estatal expresa en el sentido de que “ha iniciado un plan ordenado de normalización monetaria mediante el retorno gradual de los recursos otorgados a través de las distintas facilidades de liquidez…”
Perfecto. Ocurre, sin embargo, que ese mismo argumento pone de relieve que el Banco Central, mediante su política monetaria expansiva, inevitable en su momento para estimular la recuperación económica, por su magnitud se constituyó en la principal causa interna de inflación.
Aunque se afirma que esa inflación o alza de precios está disminuyendo, todavía para el pueblo dominicano, que va a los colmados y a los supermercados, resulta excesiva, y en todo caso, muy por encima de la meta inflacionaria del propio Banco Central.