La saludable producción de las orquídeas
Al cultivo de las orquídeas les rodea un mito. Aunque por ser flores diferentes y exóticas, puede que esto sea entendible. Sin embargo, es importante saber que no es real. En la actualidad las orquídeas han llegado a conquistar un rol protagónico entre las flores, y se han incorporado al hogar, tanto en exteriores como interiores, demostrando que no es difícil cultivarlas, aunque sí distinto. En esta ocasión hablaremos un poco de su cultivo y fertilización.
Las plantas requieren de una serie de nutrientes para desarrollarse bien, florecer en cantidad y con color, dar buenos frutos y resistir las sequías y las heladas. El sustrato necesita ser enriquecido de forma regular mediante el aporte de fertilizantes. Para esto necesitan tres macro nutrientes importantes que son: nitrógeno(N), fósforo) y potasio(K). En menor cantidad requiere de macro nutrientes secundarios, como calcio y magnesio y luego los micro elementos como hierro, zinc, etcétera. Cada uno de estos cumple una función diferente, pero complementaria.
Los tres macro nutrientes mencionados son los que forman la fórmula de un fertilizante, que se llama Ratio, es decir, que el tan mencionado fertilizante 20-20-20 lo que dice es que tenemos 20% de nitrógeno, 20% de fosforo y 20% de potasio.
¿Y qué nos aporta?
El nitrógeno es necesario para el crecimiento y desarrollo de la planta, pero en exceso puede disminuir la floración. El fósforo ayuda a la maduración de la flores y frutos y desarrolla también las raíces. El potasio aumenta la cantidad y calidad de las flores y frutos, pero sobre todo, ayuda al desarrollo del tejido celular y fortalece la planta. Es muy importante el uso de macro nutrientes secundarios y micro elementos. Estos se usan en menor cantidad, pero son de igual importancia. Micronutrientes como el zinc y el hierro evitan el descoloramiento de las hojas y las caídas de las hojas nuevas, etcétera.
Con este conocimiento surge la pregunta: ¿Y cuál sería mi fórmula (ratio) perfecta?
Para abonar las orquídeas la forma es preparar un abono en forma en líquida. Un nutriente que lo vamos a incorporar al agua de riego y aplicándolo en la dósis adecuada va hacer que la planta nunca tenga carencia de nutrientes, y su flor crezca lustrosa, vigorosa y sana.
El abono líquido es de absorción inmediata. Los nutrientes que tiene este abono se mezclan con el agua. La planta, al rehidratarse por las raíces va absorber el agua con los nutrientes necesarios para que las hojas crezcan y las plantas florezcan.
Es recomendable que busque un abono, cuya fórmula sea balanceada como el 20-20-20 o 15-15-15. Con esto asegurará que su planta esté bien alimentada. Recuerde chequear en la etiqueta, que contenga la mayor cantidad de micronutrientes y macronutrientes secundarios posibles para no tener que comprarlos aparte, pero además de eso, en ciertas épocas del año queremos aplicar a nuestras orquídeas más fósforo o más potasio para ayudar e incentivar la floración. Para esas temporadas tenga en consideración que, el potasio fortalece los tallos y las raíces, y va a garantizarle una voluminosa floración. Cuando esté en sus primeros inicios cambie a un fertilizante alto en fósforo y obtendrá los mejores colores y más gran cantidad de flores.
Algunas orquídeas necesitan en ciertas épocas del año un tiempo de reposo. Durante este período no deben ser fertilizadas ni apenas regadas, ya que esto rompería su ciclo natural, y así su floración. La frecuencia de riego depende además, de la especie de muchos otros factores como el tipo de sustrato, (medio de cultivo), la temperatura, la luz, y la ventilación.
Las Orquídeas toleran más la falta de agua que el exceso. Es decir, que si tiene duda si la planta está húmeda o no, mejor riegue mañana. Es importante comprobar que el tarro donde estaban sembradas tenga su drenaje. El agua estancada es mortal, pudre las raíces. Es importante no mezclar los fertilizantes con ninguna otra aplicación, como insecticida u otro tipo de abono.
La luz y la ventilación
Debemos darle suficiente luz a nuestras orquídeas, la máxima que puedan tolerar, siempre y cuando luzcan bien. El color de las hojas es un factor determinante en esto. Hojas muy oscuras poca luz, hojas verdes amarillentas y con quemaduras, demasiada luz.
Es importante mantener movimiento de aire alrededor de las hojas y las raíces. La mayoría de las orquídeas está acostumbradas a cultivarse en árboles. Es por esto que necesitan algún movimiento de aire. Procure que el sitio donde estén sus plantas sea ventilado y fresco, pero sobre todo recuerde que, la observación es lo más importante para tener ‘orquídeas felices’.
CURIOSIDADES
Existen 30.000 especies y alrededor de 140.000 híbridos de formas y colores diferentes. Para empezar, elige la más fácil de cuidar, es decir, la que es capaz de mantenerse en casa a una temperatura sin demasiada diferencia entre el día y la noche.