El rostro intimidante que muestra el polaco Jakub Blaszczykowski cada vez que celebra un gol es capaz de asustar a cualquier rival, incluso cuando es por alegría.
Y verlo tan eufórico en la cancha este sábado, trajo a la mente de los aficionados la terrible historia detrás de este jugador, a quien aplaudieron después de haber colocado el primer gol para Polonia ante Suiza, que le dio la opción de irse al tiempo extra y a los penaltis, donde selló 5-4 su boleto a los cuartos de final de la Eurocopa.