López Rodríguez hombre de boca dura y corazón tierno
“Alguien que conoce muy bien a nuestro Cardenal me dijo un día que Nicolás era un ser humano de boca dura y corazón tierno”, dijoe monseñor Francisco José Arnaiz S.J, en su falleto “Cincuenta Años de Vida Sacerdotal”, donde desglosa la vida y obra del arzobispo de Santo Domingo.
Nombrado obispo el 26 de enero de 1978 por las Bulas “Aptiora in diez” y Studiosi instar”, por parte del papa Paulo VI, Nicolás de Jesús López Rodríguez es un hombre firme, resuelto e incapaz de dobleces.
“Tenía ya fama de dinámico y tenaz, de fiel cumplidor, de limpio de mente y cálido de trato, de altamente dotado y eclesiásticamente bien preparado”, destacó el fenecido Arnaiz.
Para la nueva función episcopal que se le encomendaba él había tenido en La Vega dos egregios maestros, monseñor Francisco Panal y monseñor Juan Antonio Flores, resaltó.
Panal, hombre de Dios, dulce en su dureza y manso e indoblegable, que no dudó en enfrentar al Jefe y a los Paleros, y monseñor Flores de honda vida interior, tenaz en sus empeños, defensor de los pobres y despreocupados de si mismo.
En su discurso del 25 de febrero de 1978 al ser ordenado obispo, sus palabras enardecieron a más de 20 mil feligreses que abarrotaron el Estadio de San Francisco de Macorís.
Apunta Arnaiz: “a los cinco años de estar al frente de la Arquidiócesis, Lòpez Rodríguez publicó un libro con el título de “Algo de lo que he dicho” y diez años después nos sorprendió con la publicación de tres gruesos volúmenes con el títulos de “Algo más de lo que he dicho”
“Los tiempos que abarca su arzobispado no han sido mansos ni fáciles ni lo siguen siendo. Con frecuencia el acontecer nacional se ha encrespado y el horizonte se ha anubarrado y ha habido entonces que llamar a la cordura y aportar luz, función que jamás ha esquivado nuestro cardenal” dijo en su publicación de Arnaiz.
Concluye que: “mi querido Cardenal, siga así, no permita que los años ni los avatares de la vida le suavicen la boca y le endurezcan el corazón”.
El pasado martes 28 junio López Rodríguez, cumplió sus 25 años como cardenal, momento en que el papa Francisco aceptó su renuncia tras cumplirse el tiempo reglamentario de permanecer como prelado. Había sido designado en el puesto por el fenecido Juan Pablo II en el año 1991, con motivo de los 500 años del descubrimiento de América.
El 16 de noviembre de 1981, el Cardenal Beras Rojas, al despedirse dijo “El Santo Padre ha designado a López Rodríguez como sucesor mío en esta veneranda y heráldica Sede Primada de América, un obispo joven, emprendedor, solícito y entregado. Él perfeccionará lo conseguido hasta hoy y enfrentará con fe, esperanza y caridad los nuevos retos que, en la actualidad y en el futuro, reclamen la acción de la Iglesia”.
Largo arzobispado
López Rodríguez cumplió el 15 de noviembre del pasado año, 34 años de su designación como Arzobispo de Santo Domingo, el período más largo que haya gobernado un metropolitano no sólo en la sede Primada de América, sino en cualquier otra provincia eclesiástica en el norte y el sur del continente.
Cuando fue designado por el Papa Juan Pablo II era el obispo más joven del país, con 45 años de edad, y apenas había cumplido tres de haber sido elevado al episcopado por el Papa Paulo VI, que lo nombró obispo de San Francisco de Macorís, una nueva diócesis creada el 26 de enero de 1978.
Su elección como Obispo de San Francisco de Macorís fue argumento y prueba de su buen hacer como sacerdote en la Diócesis de La Vega. La Diócesis de San Francisco de Macorís, que abarca las provincias Duarte, María Trinidad Sánchez y Samaná, desgajada de la Diócesis de La Vega.
El arzobispo que más tiempo ha permanecido en la cátedral de Santo Domingo, luego de López Rodríguez, fue Adolfo Alejandro Nouel Bobadilla, 29 años, desde el 20 de agosto de 1906 al 11 de octubre de 1935. Sustituyó a Fernando Arturo de Meriño, quien gobernó 21 años, desde el 3 de julio de 1885, hasta el 20 de agosto de 1906 (entre los siglos XIX y XX).
Meriño fue el primer dominicano en llegar a ser Arzobispo, designado por el Papa Leon XIII, el 16 de julio de 1885, aunque había sido Administrador Apostólico en dos ocasiones anteriores.
Sustituyó a Rocco Cochía Cesinale como Administrador Apostólico en 1883, y fue elevado a Arzobispo en 1885, tras ser restablecida la Arquidiócesis suprimida en 1814 con la Ocupación Francesa.
El Arzobispo Nouel fue reemplazado por Ricardo Pittini Piussi, quien gobernó desde el 11 de octubre de 1935 hasta el 15 de noviembre de 1961. Tres me¬ses después del retiro de éste, fue designado Octavio Beras Rojas.
Meriño, Nouel, Pittini, Beras y López Rodríguez han gobernado la Arquidiócesis durante 130 años, todo el siglo XX y parte del XIX y XXI. En los 503 años de fundación de la Arquidiócesis han gobernado 49 obispos, administradores apostólicos y arzobispos, la mayoría misioneros españoles; algunos apenas gobernaron meses o un año, pues desde Santo Domingo muchos obispos y arzobispos eran trasladados por el Papa a las nuevas diócesis que iban creando en las nuevas tierras descubiertas por Cristóbal Colón.
El primer obispo de la más antigua diócesis sobreviviente de América, creada el 8 de agosto de 1511 por el Papa Julio II, mediante la bula “Romanus Pon-tifex”, fue fray García de Padilla, quien la gobernó por cuatro años, desde el 13 de agosto de 1511 hasta junio de 1515.
En ese siglo (XVI) gobernaron la Iglesia en Santo Domingo 11 obispos.
El dato
Elogios
El 16 de noviembre de 1981, el Cardenal Beras Rojas, al despedirse dijo “El Santo Padre ha designado, a López Rodríguez como sucesor mío en esta veneranda y heráldica Sede Primada de América, un obispo joven, emprendedor, solícito y entregado”