Los impuestos más absurdos del mundo
Existen países capaces de gravar con una tasa casi cualquier cosa, ya sean los gases expulsados por el ganado o el consumo de cocaína.
El recorrido lo empezamos en Estados Unidos. Un país en el que abundan las leyes extravagantes no iba a ser una excepción en materia de impuestos. Así, en Arkansas las personas que decidan hacerse un tatuaje o un piercing están obligados a pagar un 6% extra de impuestos, mientras que en en Maine existe un canon especial que grava los arándanos. Y en el estado de Maryland se paga una tasa por cada cuarto de baño existente en una casa.
En Tennessee, las sustancias ilegales también está sujetas al pago de impuestos. Así, por cada gramo de marihuana es necesario tributar 3,5 dólares, mientras que en el caso de la cocaína la tasa se eleva a 50 dólares. El pago puede efectuarse en cualquier ventanilla de hacienda y, eso sí, de forma completamente anónima.
La preocupación por el calentamiento global ha llevado a países como Dinamarca o Irlanda plantearse la posibilidad de gravar con un impuesto las las flatulencias de las vacas, ya que gran parte de los gases responsables del efecto invernadero son producidos por el ganado doméstico.
El Gobierno finlandés, por su parte, estuvo a punto de aprobar una tasa específica para las personas obesas, con el objetivo de sufragar los gastos médicos ocasionados por las enfermedades relacionadas con el sobrepeso. A cambio, proponía reducir el IVA para los vendedores de bicicletas.
Aunque la propuesta más polémica de todas es elaborada por el economista nipón Takuro Morinaga. Este experto sugiere que los hombres guapos y solteros paguen el doble de impuestos que los menos agraciados. Su objetivo es acabar con el problema que supone la baja natalidad. Lo más preocupante de todo es que el Gobierno japonés está considerando la idea. Esperemos que los políticos españoles no tomen nota de estas ideas.