Los países árabes empiezan a levantar la voz por el veto de viajar a EE.UU.
El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, uno de los países afectados, instó hoy a los refugiados de su país a que regresen a su lugar de origen.
EL CAIRO. Los países árabes comienzan a levantar la voz en contra del veto de viajar a Estados Unidos a ciudadanos de siete naciones de África y Oriente Medio, entre ellas Irak, cuyo Gobierno pidió hoy que se revise esta medida, que afecta también a Irán, Siria, Libia, Somalia, Sudán y el Yemen.
El Ejecutivo iraquí solicitó al presidente estadounidense, Donald Trump, que revise el veto temporal que entró en vigor el pasado fin de semana y que fue calificado de “decisión equivocada”.
En un comunicado, Bagdad aseguró que el “verdadero deseo de Irak es reforzar la asociación estratégica entre los dos Estados y aumentar los horizontes de cooperación” en todos los ámbitos.
Dentro de la lucha antiterrorista, mostró su “pesar y sorpresa” por el hecho de que la medida llega en un momento en el que Estados Unidos está prestando apoyo a las fuerzas iraquíes en la campaña contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Mosul, principal bastión de la organización radical en Irak.
Hoy mismo el ministro de Exteriores iraquí, Ibrahim al Yaafari, convocó al embajador estadounidense en Bagdad, Douglas Silliman, para abordar la cooperación entre los dos países, tras la orden ejecutiva de Trump.
Al Yaafari pidió a la Administración estadounidense que “aprecie los sacrificios iraquíes en la guerra contra el terrorismo” que están librando en su propio país.
“Los iraquíes son víctimas del terrorismo, hacen frente a sus crímenes (…) y están persiguiendo a los batallones del EI de una ciudad a otra” del territorio nacional, según un comunicado.
Asimismo, señaló que “Irak hace frente a los terroristas de Dáesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) que han venido de más de cien países del mundo, incluido EE.UU. y otros países democráticos”, los cuales “nunca han sido juzgados por ello”.
Subrayó que “nunca ningún iraquí ha estado implicado en actos de terrorismo en Estados Unidos u otros países”.
También destacó que “la comunidad iraquí en todos los países del mundo tiene buena reputación”, así como habilidades científicas y recursos económicos.
Mientras, el Parlamento de Irak pidió a su Gobierno que adopte medidas más duras y actúe con reciprocidad, en el caso de que Washington no retire el veto temporal.
La cámara aprobó unas recomendaciones presentadas por la Comisión parlamentaria de Relaciones Exteriores, entre las que se incluye “actuar con reciprocidad” y “exigir al Congreso y a la Administración estadounidense que revisen esa decisión”.
Un diputado iraquí, identificado como Mohamed Tamim, acusó al Ejecutivo de “no haber estado a la altura” e insistió en que este responda “con reciprocidad” y “revise las medidas de entrada de los ciudadanos estadounidenses a Irak”.
Por otra parte, el Gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, reconocido internacionalmente, expresó su “descontento por la orden ejecutiva de Trump.
Indicó que “este tipo de decisiones apoya las posturas de los extremistas y fomenta la segregación”, según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores yemení, difundido por la agencia oficial de noticias, Saba.
También subrayó que la única manera de que el Yemen y Estados Unidos puedan combatir el extremismo es mediante “la interacción y el diálogo, y no construyendo barreras”.
Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, uno de los países afectados, instó hoy a los refugiados de su país a que regresen a su lugar de origen, ya que el Gobierno está listo para acogerlos y responder a sus necesidades.
Walid al Mualem no hizo referencia directamente a la decisión de la Administración Trump, en las declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial siria, SANA.
Por su parte, la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) mostró hoy su “gran preocupación” por el veto que afecta a ciudadanos de siete países musulmanes y miembros de esa institución.
En un comunicado, la organización afirmó que esta decisión “aumentará los desafíos que tienen relación con los refugiados” y “supone un gran daño y una injusticia para las personas que huyen de la persecución y de los estados en guerra”.
La OCI, con sede en Yeda (Arabia Saudí), advirtió de que “estas acciones discriminatorias aumentan las llamas del discurso extremista y refuerzan a todos aquellos que llaman a la violencia y al terrorismo”.
Recordó que la organización “se esfuerza en cooperar con todos sus socios, incluido EE.UU., para combatir el extremismo y el terrorismo manifestado en todas sus formas”.
La polémica orden emitida el viernes por Trump suspende tanto la entrada a EE.UU. de todos los refugiados durante 120 días como la concesión durante 90 días de visados a los nacionales de siete países musulmanes.