Los torpederos vuelven a ser “normales” en GL
Era el verano de 2002 y los torpederos eran los reyes. Joe Torre, el manager de los Yanquis de Nueva York en ese año y a cargo de seleccionar el equipo de la Liga Americana en el Juego de Estrellas, se encontró con una camada de torpederos con poder ofensivo en la posición y decidió no escoger entre uno del otro.
Torre seleccionó a todos los candidatos. Fueron cinco en total, algo sin precedentes.
Alex Rodríguez de los Texas de Rangers resultó favorecido en la votación de los aficionados para que fuera titular, y Torre agregó en la lista a Derek Jeter de sus Yanquis, al dominicano Miguel Tejada de Oakland, y a Nomar Garcíaparra de Boston. Luego incorporó al veterano venezolano Omar Vizquel de hábil fildeo, el único integrante de los Indios de Cleveland en el equipo y el único jugador tradicional en la posición.
El espacio entre la segunda y tercera base había estado ocupada en casi toda la historia de las mayores por jugadores diminutos, de pies veloces, guante seguro y sin mucho poder con el bate.
Jugadores como el venezolano Luis Aparicio, con casi 1,75 metros de altura y 72,5 kilos. Aparicio ómiembro del Salón de la Famaó conectó únicamente 10 jonrones y bateó por encima .280 sólo una vez en sus 18 años de carrera. Pero fue el titular de más ediciones del Juego de Estrellas en el campocorto por la Liga Americana que cualquier otro pelotero, salvo Cal Ripken Jr. Ozzie Smith jugó en 12 encuentros consecutivos del Juego de Estrellas por la Liga Nacional sin pegar más de seis cuadrangulares en una temporada.
Por supuesto que ha habido excepciones: Ripken en Baltimore y Barry Larkin en Cincinnati.
Pero muchos creyeron que A-Rod, Jeter, Tejada y Garciaparra ótodos en su mejor momento entoncesó representaban un cambio en la posición y abrían el camino para que bateadores más altos y más fuertes dominaran una de las zonas más importantes en el diamante.
Diez años después, Garcíaparra está retirado, Tejada parece tomar ese camino, la carrera de Jeter está en su ocaso y Rodríguez pasó a la tercera base en 2003. Ahora parece confirmarse que se trató solamente de un grupo especial, y no de una revolución.
J.J. Hardy de Baltimore y Troy Tulowitzki de Colorado batearon cada uno 30 jonrones en la campaña anterior y el venezolano Asdrúbal Cabrera de Cleveland tuvo un año magnífico con 25 vuelacercas y 92 remolcadas. Pero claro que eso no es la norma que algunos esperaban ver ahora.
Rodríguez, cuando se le transfirió a los Yanquis, fue enviado a la antesala por deferencia a Jeter. Otro torpedero con madera de estrella, el dominicano Hanley Ramírez, está cambiando de lugar en esta temporada para abrirle espacio en Miami a su compatriota José Reyes.