Mermelada de guineo y ron.
Hace unos años probé en unas vacaciones en casa de mi hermana una fantástica mermelada de plátano y ron. Lo cierto es que ella no supo nunca decirme donde la había comprado, y por más que recorrí tiendas, grandes superficies y rincones gourmet, nunca más la he vuelto a ver en ningún sitio.
Ante la imposibilidad de poder hacerme con ella, me he decidido a prepararla yo misma en casaaprovechando una gran cantidad de plátanos que tenía en el frutero. Y he de deciros que aunque ya ha pasado el tiempo, con esta receta he podido volver a recordar ese sabor que en su momento me había conquistado.
Ingredientes
- 800 g de plátanos ya pelados, 500 g de azúcar, zumo de un limón, zumo de una naranja, 50 ml de ron oscuro más 2 cucharadas soperas de ron.
Cómo hacer mermelada de plátano y ron
Comenzaremos preparando los botes de conserva, como unos cuatro medianos aproximadamente, hirviéndolos en una olla con agua durante veinte minutos. Seguimos pelando los plátanos y cortándolos en rodajas hasta obtener el peso que os indico en los ingredientes. Seguidamente le añadimos el zumo de limón y de naranja, el ron y el azúcar, removemos todo bien y dejamos macerar durante unas tres horas la fruta.
Pasamos todo a una olla de fondo grueso y vamos cocinando a la vez que chafamos con una cuchara de madera los plátanos. Cuando pase media hora le añadimos otras dos cucharadas de ron si nos gusta con mucho sabor a licor y retiramos del fuego. Rellenamos los botes hasta arriba, cerramos y los colocamos boca abajo durante veinticuatro horas.
Tiempo de elaboración | 30 minutos + tiempo de macerado
Dificultad | Fácil
Degustación
La mermelada de plátano y ron tiene un sabor distinto y original al resto de las mermeladas clásicas. Es ideal, por su energía y grandes propiedades de esta fruta, para el desayuno con unas tostadas de pan y mantequilla, pero donde se aprecia más lo riquísima que está es untada en unas rebanaditas de bizcocho. Lo ideal si os podéis resistir es esperar dos semanas desde su preparación hasta su consumo.
Por: Esther Clemente (fuente)