Muere a los 93 años el director de fotografía Haskell Wexler
Luto en el cine estadounidense. Haskell Wexler, considerado uno de los directores de fotografía más importantes de la historia del cine norteamericano, falleció a los 93 años. Murió de manera tranquila mientras dormía en el Centro Médico Providence St. John de Santa Monica (California), según informó su hijo Jeff en la página web de su padre. Fue nominado hasta en cinco ocasiones para el Oscar, logrando el premio por “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (Mike Nichols, 1966) y “Esta tierra es mi tierra” (Hal Ashby, 1976). Además, Wexler fue nominado en otras tres ocasiones por su trabajo en “Alguien voló sobre el nido del cuco” (Milo Forman, 1975), “Matewan” (John Sayler, 1987) y “El escándalo Blaze” (Ron Shelton, 1990).
Entre sus trabajos más destacados figuran además títulos tan conocidos de la década de los 60 como “América, América” (Elia Kazan, 1963), “El mejor hombres” (1964, Franklin J. Schaffner), “Los seres queridos” (1965, Tony Richardson), “En el calor de la noche” (Norman Jewison 1967), “Faces” (John Cassavetes, 1968) o “El caso de Thomas Crown” (Norman Jewison, 1968). Durante los años 70 prosiguió su polífica carrera como director de fotografía en “La conversación” (Francis Ford Coppola, 1974) o “El regreso” (Hal Ashby, 1978). Además, se encargó de completar el trabajo de Néstor Almendros para “Días del cielo” (Terrence Malick, 1978) o de colaborar con George Lucas en “American graffiti” (1973).
Entusiasta de los derechos civiles
Wexler siempre se mostró muy entusiasmado por las corrientes sociales que surgían en los años 60 a favor de los derechos ciudadanos. Así fue director y guionista de “Medium Cool”, película rodada en 1969 sobre la Convención del Partido Demócrata en 1968. También luchó por la regulación por convenio de las horas máximas por jornada para proteger la salud de los trabajadores en el seno de la industria de Hollywood tras la muerte durante un rodaje de la técnico Sarah Jones en el año 2014.
Pasión por el hombre, la justicia y la paz
“Su pasión real fue mucho más que hacer películas. Su pasión real fue por los seres humanos, la justicia y la paz”, indicó Jeff Wexler, sobre su papel como activista político.
Wexller era hijo de una acaudalada familia de Chicago, y tras estudiar apenas un año en la Universidad de Berkeley y se unió a la marina mercante en 1941 durante la II Guerra Mundial. A partir de entonces ingresó en el mundo del cine con su propio estudio de rodaje, que tuvo que cerrar en 1947. Esto le llevó a trabajar como director de fotografía hasta su muerte.