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Ocho señales que te revelan que ese hombre no te conviene
Posted On 24 Mar 2015
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Ya lo decía El Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y es que los pequeños detalles, los gestos y las frases nos revelan más de lo que imaginamos. Cuando se trata de encontrar a nuestra “media naranja”, este consejo es fundamental.
No obstante, existen 8 señales que te pueden revelar si ese hombre no te conviene y que nos ponen en alerta cuando conocemos a un espécimen del género masculino que nos gusta.
¿Quieres saber cuáles son?
- Apenas te conoce y ya te dice “cariño”, “nena” o cualquier otra cursilería. Semejante muestra de cariño almidonada no puede surgir de la primera cita. Una persona que al minuto te llama así es un arma anti-libido que debería ser desactivada.
- Afirma ser “muy de leer”. No sabes qué tipo de libros lee, pero desde luego no unos que contengan frases bien construidas. Si afirma que lee mucho, probablemente se refiera a que presta atención a las páginas centrales del periódico. No es necesario que el galán se persone con un libro bajo el brazo, pero semejante afirmación es la señal de que no es verdad lo que afirma.
- Lleva una camiseta que dice “demasiado sexo nubla la vista”. Los noventa vuelven a estar de moda, de acuerdo, pero esa camiseta tampoco fue plausible entonces. Cualquier camiseta con chascarrillos sexuales debería estar prohibida por ley.
- Solo te mira al escote. A no ser que hayas aparecido con dos tiras de celofán como camiseta, un hombre que no consigue despegar la mirada de los pechos resulta realmente pueril. Es de esperar que a la mínima posibilidad, se abalance sobre ellos.
- Asegura ser muy bueno en la cama. La luz roja se enciende: un hombre que alardea de sus habilidades sexuales, no es de fiar. Es probable que te haga alabarlo cada segundo y mantendrá relaciones mientras se mira en el espejo.
- “Me recuerdas a mi ex”. Es posible que esté obsesionado con ella y que dentro de un par de semanas termine por dejarte. Además, todos sabemos que cuando conocemos a alguien no es buena idea hablar del pasado sentimental, al igual que no lo es narrar con detalle cómo fueron esos días.
- Habla demasiado de su perro. Cuidado con caer en la trampa de pensar que es un ser tierno que te mecerá entre sus brazos. Quizás lo haga, pero es más que posible que esto ocurra ante la atenta mirada de su perro, al que por cierto, habrá acariciado cuando llegaste a casa con esas manos que luego recorrieron tu cuerpo. Sin haber pasado antes por el agua y el jabón, ¿captas?
- Asunto de garras. Tiene una sonrisa perlada, una mandíbula angulosa, unas manos perfectas y… unas uñas más largas que las de un náufrago en una isla desierta. Si su higiene es tan insuficiente en zonas tan visibles, no quieres imaginar cómo será en otras más ocultas.
Atenta a los pequeños detalles. Revelan más de lo que te imaginas.