Países en conflicto desde una película
Es un retrato peculiar de la geopolítica que ha dejado perplejos a algunos aficionados al cine. ¿La pared de unidad entre judíos y musulmanes en Jerusalén es un comentario irónico sobre la barrera en Cisjordania que se está construyendo en la frontera de Israel con Palestina?, ¿o sugiere que el muro, que se parece al Muro de los Lamentos, puede ser una fuerza positiva en Oriente Medio?
Hay poco tiempo para tratar de responder estas preguntas en “World War Z”, pues las manadas de zombis acechan. Cualquier intento de reflexión sobre la política exterior es aplastado por la estampida de muertos vivientes, que estarían igual de interesados en la política que un aficionado a las películas taquilleras de verano. Pero no falta quienes hayan cuestionado lo que “World War Z” dice de Israel.
La película está más o menos basada en la novela de Max Brook de 2006 “World War Z: An Oral History of the Zombie War”; ideada a su vez a partir del libro ganador del Pulitzer de Studs Terkel “The Good War: An Oral History of World War II”, pero el libro de Brooks es una serie de despachos en diferentes partes del mundo años después del brote de zombis.
La compañía productora de Pitt, Plan B, pujó por los derechos y los ganó por 1 millón de dólares ante Leonardo DiCaprio.
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LA CRÍTICA EN ESTADOS UNIDOS
CONTEXTO
Steven Zeitchik, de Los Angeles Times escribió: “En el contexto del conflicto entre Israel y los palestinos, una pared es un símbolo muy pesado, pero aquí se convierte en un instrumento de… ¿paz?”. El lado turbio es en parte el resultado del camino tortuoso hacia los cines que emprendió “World War Z”, la cual se estrenó la semana pasada en Norteamérica con una recaudación superior a la prevista de 66,4 millones de dólares en taquilla y con planes para una segunda parte.