Paris Jackson, la víctima colateral de la excentricidad de su padre
Con tan solo 15 años e ingresada en un hospital de Los Angeles por un intento de suicidio, Paris Jackson tiene todas las papeletas para convertirse en una víctima más de la voracidad con la que el mundo de las estrellas acaba con quienes despuntan pronto.
Dentro de pocos días, el 25 de junio, se cumplen cuatro años de la muerte de su padre, Michael Jackson, y está previsto que a finales de mes ella y su hermano mayor, Prince Michael, de 16 años, testifiquen en el juicio en el que su abuela y madre del “rey del pop” acusa a la promotora AEG Live de ser responsable civil del fallecimiento del artista.
Mucha presión para una adolescente que se crió entre algodones, protegida e incluso escondida del mundo junto a su padre y sus hermanos, conocidos como Prince y Blanket.
Una vida nada al uso, en la que los tres críos acompañaban a su padre a todas partes, aunque nunca aparecían en público. Ni siquiera existían imágenes de ellos, ya que siempre iban cubiertos con máscaras o con telas que les tapaban las caras.
Pero eso cambió el día del homenaje multitudinario que despidió a Michael Jackson, unos días después de su muerte por sobredosis de medicamentos.
El 7 de julio de 2009, casi un millón de personas se congregaron en los alrededores del Staples Center, de Los Ángeles, para decir adiós al rey del pop, y se calcula que más de 2.000 millones de personas lo siguieron por televisión, radio e internet.
Allí apareció una niña de 11 años, con lágrimas en unos inmensos ojos azules, que se convirtió en el objetivo de cámaras y fotógrafos cuando tomó la palabra para hablar de su padre. “Desde que he nacido, mi papá ha sido el mejor padre que se puede imaginar y solo quiero decir que te quiero mucho”, afirmó emocionada.
En apenas dos días, la breve declaración de la niña fue vista más de cinco millones de veces en internet.
París Michael Katherine, hija de Michael Jackson y de Deborah Jeanne Rowe, se convirtió en ese momento en una nueva estrella cuando no estaba preparada para serlo, y la lucha por su custodia entre su madre y su abuela Katherine no ayudó a su estabilidad emocional.
Aunque sus hermanos, Prince Michael, entonces con 12 años, -ambos hijos de Rowe- y Prince Michael II, de 7 e hijo de una madre desconocida, también se convirtieron en el centro de atención, Paris fue la que dio el salto a los medios con más facilidad.
Tras solucionarse el tema de la custodia -se quedaron con su abuela materna-, París comenzó a ser protagonista de las noticias y de las revistas del corazón.
Declaraba entender las razones de su padre para ocultarles al mundo cuando eran niños, aunque consideraba “estúpido” que lo hiciera; aparecía en programas televisivos, como el de Ellen DeGeneres; anunciaba su debut en el cine -que nunca fraguó- y luego aseguraba que su deseo era ser cirujana.
Pasó de su imagen infantil a la habitual de una adolescente rebelde, meditaba sobre su futuro mientras dudaba si irse a vivir con su madre y, mientras, daba a conocer su vida a través de las redes sociales.
En Instagram se pueden ver cientos de sus fotos, más o menos personales, con su tía Janet, en fiestas con sus amigos y siempre divertida.
Y con más de un millón de seguidores en Twitter, volcaba sus pensamientos más personales a la vista del mundo entero, que no dejaba de observarla.
Varios intentos de suicidio, según los medios estadounidenses, han desembocado en el más grave hasta la fecha, que ha obligado a ingresarla en un hospital de Los Angeles con cortes en las muñecas.
Si es solo una llamada de atención o algo más serio, está por ver.
Pero lo que sí es cierto es que los mensajes colgados en su perfil oficial de Twitter en los últimos días muestran un pesimismo y una tristeza impropias de una joven de quince años que lo tiene todo.
Hace menos de 24 horas, colgaba una estrofa de una canción de la cantante malaya Zee Avi: “Dices que necesito terapia, bien, preciosa, tú también. No necesito que me digas lo que está mal en todo lo que digo o hago”.
Y hace apenas 12 horas: “¿Me pregunto por qué las lágrimas son saladas?”.
Su último tuit, una frase de “Yesterday”, de los Beatles. “Ayer todos mis problemas parecían estar lejos… Ahora parece que vuelven para quedarse”. EFE