Parkinson: no sólo un problema de movimientos
Michael J. Fox, Mohamed Ali o Helen Mirren han puesto cara a los síntomas más conocidos del Parkinson: temblores, sacudidas involuntarias o trastornos del habla. Pero como otros muchos trastornos neurológicos degenerativos, el Parkinson sigue siendo un mal con demasiados enigmas del que hasta hace pocos años sólo se trataban sus signos más aparentes, relegado en el desconocimiento otros síntomas tan perjudiciales para la persona que lo sufre como los problemas de movimiento.
El último estudio que señala la importancia de tratar al Parkinson como una enfermedad más compleja de lo que se creía viene de la mano del doctor Tien K. Khoo, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido). Sus conclusiones, publicadas en ‘Neurology’, inciden en la importancia de los trastornos no motores asociados con esta enfermedad.
“La ansiedad o el estreñimiento afectan a los pacientes de Parkinson desde el principio de la enfermedad pero, al no ser síntomas normalmente relacionados con este trastorno, los pacientes muchas veces ni los mencionan en consulta a pesar de ser un lastre en su calidad de vida”, señala el doctor Khoo en las conclusiones de su estudio.
Los principales síntomas no motores
En su estudio, el equipo liderado por Khoo comparó a 159 pacientes recién diagnosticados con Parkinson con 99 personas de características similares (edades, grupo étnico, etc.) sin la enfermedad. A los participantes se les dio una encuesta con 30 síntomas no motores que iban desde problemas sexuales, de sueño o gastrointestinales.
“Las personas con Parkinson tenían un promedio de ocho síntomas no motores, comparados con los tres que, de media, tenía el grupo control”, afirma el doctor Khoo. Y en el ‘podium’ de las tres afecciones más frecuentes, el equipo inglés encontró “el exceso de saliva en un 56% del total de los pacientes analizados con Parkinson por un 6% de los que no lo sufrían; el estreñimiento en un 42% de los enfermos por un 7% del grupo control; y la ansiedad, que afectaba a un 43% en el primer grupo frente al 10% del resto”, apuntan.
Para Khoo, la principal conclusión de su estudio es “la capacidad del Parkinson para afectar de diferentes formas al cuerpo, no sólo a su sistema motor”, explica. “Además, lo hace desde los primeros momentos, incidiendo tanto o más en la calidad de vida como los problemas de movimiento, por lo que pacientes y médicos han de estar al tanto de estos síntomas para considerar los tratamientos posibles”, señala.
Pero los investigadores ingleses no son los primeros en llegar a estas conclusiones. En la última década, varios han sido los estudiosos que han investigado los síntomas no motores relacionados con el Parkinson, siendo un estudio europeo liderado por españoles el que ha ayudado a ver esta enfermedad en un contexto más amplio. “Estos resultados vienen a ser una afirmación más que avalan las conclusiones de que el Parkinson es mucho más que trastornos en los movimientos. Es más, los efectos de los síntomas no motores son tal carga en la calidad de vida de los pacientes que en muchos casos su importancia es igual o incluso mayor que la de los efectos motores”, señala a ELMUNDO.es Mónica M. Kurtis, directora de la Unidad de Trastornos del Movimiento del servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional.
150.000 en España
Esta especialista participó en un estudio sobre los signos no motores de la enfermedad junto a Pablo Martínez Martín, director científico de la Unidad de Investigación del Proyecto Alzheimer del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía y director de aquel estudio. “En España los enfermos de Parkinson rondan los 150.000 pacientes. Nosotros hemos encontrado que menos de un 2% no ha sufrido síntomas no motores, pero el resto, un 98%, puede padecer varios de ellos, incluso hay quienes llegar a tener hasta 25”, afirma Martínez Martín.
“Hasta un 40% de los enfermos de Parkinson no comenta que tiene este tipo de síntomas por diferentes motivos, ya sea por vergüenza, cuando afecta a las funciones sexuales, porque tienen alucinaciones o porque no relacionan estos acontecimientos con el Parkinson por desconocimiento. Tampoco los médicos preguntan por ellos”, comenta Martínez Martín.
Aunque este especialista explica que desde la aparición de los primeros estudios, incluido el realizado por él y la doctora Kurtis entre otros, los neurólogos están más atentos a estos problemas.
“Entre los síntomas más frecuentes, las disfunciones urinarias, la fatiga y el goteo de saliva estuvieron presentes en casi dos tercios de los pacientes, muy cerca del impacto de los tres síntomas motores principales; pero en sus estadios primarios, nada más diagnosticar la enfermedad, los síntomas más comunes son la hiposmia [reducción de la capacidad de recibir olores], la disfunción eréctil, el estreñimiento, la ansiedad, la depresión y el trastorno de la conducta del sueño en fase REM, este último quizá el más específico de este tipo de enfermos”, indican Martínez Martín y Kurtis. “Después, la media para cada paciente es que sufra, en distintos grados, unos 10 síntomas no motores”, explican.
Muchos de estos síntomas, señalan los especialistas, suelen aparecer varios años antes de que se diagnostique el Parkinson, por lo que muchas investigaciones se encaminan a saber si pueden servir para un diagnóstico precoz de la enfermedad. “El problema es que son síntomas muy comunes. No todo el que sufra estreñimiento va a tener Parkinson. Y así con todo. Hay estudios en pacientes que han tenido varios de estos síntomas, en especial el trastorno por conducta en sueño REM (un síntoma bastante raro en la población normal), en los que se ha descubierto que el sistema dopaminérgico estaba alterado, por lo que era más fácil detectarles que padecerían Parkinson en unos años, pero todavía es muy complicado, es una enfermedad de la que se conoce muy poco”, afirma Martínez Martín.
Tratamiento
“El efecto en la calidad para estos pacientes es tan grande que hace que tengan que ser tratados para todo ello”, señala la doctora Kurtis. “Se ha descubierto que algunos medicamentos dopaminérgicos con los que se tratan los problemas motores actúan de forma favorable contra los no motores, pero lo normal es tratar por un lado los motores y por otro lo dos o tres síntomas restantes que más problemas produzcan”, explica.
La enfermedad de Parkinson afecta a cada individuo de manera diferente y su progresión individual lleva un ritmo distinto, “y lo mismo pasa con estos trastornos. La mayoría se comportan de forma irregular pero van empeorando con el tiempo”, indica Martínez Martín. “Actualmente, se están probando tratamientos neuroprotectores que todavía no han demostrado su efectividad. Otro problema es que no hay estudios que avalen que los medicamentos clásicos para tratar estos síntomas comunes sirvan al 100% para pacientes específicos de Parkinson, por lo que todavía queda mucho por hacer”, argumenta.
“El armamentario terapéutico que tenemos para los trastornos motores son muy buenos, pero todavía queda mucho por investigar para mejorar los síntomas no motores de esta enfermedad. Hay que seguir en ello”, concluye Martínez Martín.