Pelotero puertoplateño “con un pie en Grandes Ligas” está inspirado en su abuela
PHOENIX — Carlos Martínez no necesita pensar mucho para responder a quien dedica todo lo que hace en el terreno de béisbol.
“Mi abuela. A ella la llevo pendiente en todas mis cosas”, dijo Martínez el domingo a ESPNdeportes.com en el Chase Field de Phoenix. “Mi abuela es mi madre, mi padre, mi todo”, agregó el lanzador.
Martínez, quien hace dos años recibió un bono de $1,5 millones de dólares de los Cardenales de San Luis en República Dominicana, lanzó una entrada en blanco contra Estados Unidos en el Juego de Futuras Estrellas, que abrió formalmente las festividades del Juego de Estrellas de Grandes Ligas del 2011.
De no ser por su maravilloso brazo derecho, Martínez no estaría en una vitrina tan importante apenas dos años después de convertirse en profesional. De no ser por su abuela materna, quizás ni existiría.
La madre del pitcher, Mamerta Martínez, murió cuando el chico tenía ocho meses de edad. Al padre nunca lo ha conocido. Fue su abuela Marta Martínez y algunos de sus tíos que se hicieron cargo del muchacho en Puerto Plata, en la costa atlántica de República Dominicana.
“Pienso en mi familia, mi abuela que tengo en casa, mi madre que está en el cielo”, dijo sobre sus responsabilidades familiares.
Martínez, quien puede lanzar la recta hasta a 100 millas por horas, ha tenido un ascenso tan meteórico como su mejor bola rápida desde que se convirtió en profesional. En su primera temporada, en el 2010 en la Dominican Summer League, tuvo marca de 3-2, efectividad de 0.76 y ponchó 11.90 bateadores por cada nueve entradas en 12 salidas.
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San Luis no perdió tiempo y lo trajo a Estados Unidos este año. Martínez no desaprovechó y tuvo 3-2, 2.33 y 50 ponches en 39 entradas en dos clasificaciones para meterse al Juego de Futuras Estrellas.
“Llegar aquí es un paso más cerca de Grandes Ligas. Me siento agradecido, primero por Dios y luego de los Cardenales por dejarme llegar aquí”, dijo. “San Luis tiene la decisión, pero yo me siento que estoy a un paso de las Grandes Ligas”, agregó.
Además del brazo, Martínez posee la inspiración adecuada para acelerar un proceso que generalmente toma cinco o seis años a los mejores prospectos latinoamericanos.
“El futuro de mi abuela está en mis manos y no voy a desaprovecharlo”, dijo Martínez. “El recuerdo de mi madre me inspira mucho a seguir adelante, no la tuve, pero mi abuela y mis tios fueron mi apoyo”, agregó.
ESPNdeportes.com