¿Por qué las personas son agresivas al conducir?
Aunque seamos los seres más amables y respetuosos del mundo, cuando nos subimos al coche nos transformamos.
Gritamos, tocamos bocina, blasfemamos y estamos nerviosos.
¿Por qué las personas son agresivas al conducir? En este artículo respondemos a esta pregunta y te damos algunos consejos para evitarlo.
En mi coche mando yo
Muchas personas aprovechan estar dentro de un vehículo para “explotar” y pelearse en plena vía pública, algo que no harían si estuviesen caminando o andando en bicicleta.
Los estallidos de violencia son frecuentes dentro del coche porque lo consideramos como nuestro refugio y al mismo tiempo un bien preciado del cual nos sentimos orgullosos.
El vehículo se ha convertido en una prolongación de nuestro cuerpo o territorio y, al mismo tiempo, actúa como un escudo de protección que nos salva de los ataques de terceros.
El ser humano no es diferente a los animales y actúa de forma instintiva sobre todo con sus bienes.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que algunas personas utilizan el vehículo como un medio para envalentonar sus personalidades disminuidas, ya sea por la educación, la pareja o la sociedad en general.
“Cuando me siento en el coche me veo más seguro” puede ser el pensamiento habitual en estos casos.
- Por otra parte, conducir nuestro propio vehículo nos hace experimentar cierto grado de comodidad que quizás no tenemos en el trabajo o en casa.
- Podemos elegir qué música oír, cuál es la temperatura ideal, qué fragancia aromatiza el ambiente o qué adornos colocarle.
- El coche, sin dudas, es un símbolo de libertad si le sumamos el hecho de que podemos andar a mayor velocidad que si lo hiciésemos a pie.
La agresividad al volante
Podríamos decir que una reacción violenta y agresiva cuando conducimos es aceptada a nivel cultural. Los comportamientos de este tipo son tan frecuentes que no suelen estar mal vistos por la sociedad.
Decimos que todos estamos a la defensiva y que, si no actuamos de esa forma, los demás nos sacarán ventaja.
Como se nos ha educado para ganar en todo, tampoco podemos “permitir” que alguien vaya más lento en la carretera y nos obstaculice el paso o bien que nos haga esperar dos segundos frente al semáforo en verde.
Nos disgusta sobremanera tener que depender de los demás cuando estamos en nuestro refugio de metal.
A todo esto deberíamos añadir que hoy en día vivimos tan estresados que buscamos alguna vía de escape para nuestras emociones negativas.
Si no realizamos alguna actividad que nos permita eliminar las “malas vibras” del trabajo o quitarnos de encima los malos pensamientos tras una pelea con nuestra pareja, entonces es normal que utilicemos el coche como un medio ideal para hacer catarsis.
En vez de ir a la terapia, gritar efusivamente un gol en el estadio o golpear una bolsa de boxeo en el gimnasio muchos emplean su vehículo para descargar la ira, la tensión y los problemas que tienen.
Dejamos salir nuestros conflictos internos
Instar al coche de adelante para que circule más rápido, pasar a todos los vehículos en la carretera, proferir insultos, tocar bocina o dar las luces son formas típicas de un conductor para soltar sus conflictos internos.
La cosa puede pasar a mayores cuando deciden bajar del coche para pelearse con alguien por girar sin avisar o detenerse antes en el semáforo.
- Las personas agresivas al volante suelen ser también así en su vida cotidiana.
- Se caracterizan por la poca tolerancia a la frustración y por la impulsividad.
- Los hombres son más propensos a esta definición, sobre todo cuando son adultos mayores.
- Esto quizás también se deba a que la fuerza, el poder y la pelea están relacionados a la masculinidad.
Por supuesto hay mujeres que son agresivas al volante, aunque los casos son mucho menores.
- El sexo femenino respeta más las normas y no suele conducir a grandes velocidades.
- Cuando “estalla” de furia puede deberse a algo que le parece injusto o fuera de la ley como, por ejemplo, que alguien no se detenga ante un cruce peatonal.
Cómo evitar la agresividad al conducir
Si últimamente estás demasiado “gruñón” mientras conduces y te has dado cuenta de que tu reacción se debe a problemas personales o laborales, quizás deberías analizar si seguir al volante es bueno para ti y quienes te rodean en la calle.
Presta atención a los siguientes consejos para evitar la agresividad al volante:
Modifica el horario o el camino al trabajo o casa
Si conduces en momentos del día donde hay cientos de coches a tu alrededor es comprensible que te sientas algo estresado y enojado.
Trata de cambiar en lo posible la ruta que usas habitualmente para prevenir atascos o sal de casa un poco más temprano.
Aumenta la comodidad
Si estás en un atasco puedes aprovechar ese tiempo para oír un poco de música, escuchar un audiolibro, etc.
Incluso hay personas que cuando quedan en medio de la carretera aprovechan para hacer una lista mental de sus actividades o imaginar sus próximas vacaciones.
Regula la temperatura del vehículo, recuéstate hacia atrás en el asiento y desabrocha algunos botones de tu camisa.
Evita conducir después de un problema
Por ejemplo, si has tenido una discusión en casa o en la oficina, si estás con demasiadas preocupaciones financieras o te acaban de dar una mala noticia, es preferible que no te subas al vehículo, porque tu ira o nerviosismo pueden causar un accidente.
Toma transporte público
Si estás atravesando un mal momento y eso repercute en tu manera de conducir entonces mejor opta por otra alternativa para llegar al trabajo o a casa.
¿Qué tal ir en metro, tren o autobús? En el camino podrás aprovechar para dormir, leer, adelantar trabajo, hablar con tus amigos o lo que quieras.