¿Qué es la salud digital y cómo puede generar valor?
El Diálogo Empresarial de las Américas (ABD, por sus siglas en inglés) es una iniciativa liderada por el sector privado y facilitada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que fomenta un intercambio de alto nivel entre los gobiernos y el sector privado de la región sobre las políticas que promueven el desarrollo y un crecimiento económico sostenible e inclusivo.
Americas RISE for Health (RISE) es un foro anual y multisectorial dentro del ABD, que aprovecha las fortalezas colectivas del sector privado y la sociedad civil de la región en asociación con los gobiernos de la región para construir economías y ecosistemas de salud sostenibles.
“El único interés que debemos considerar es el del paciente, y para que los avances en el conocimiento beneficien a los enfermos, es preciso unir fuerzas”. Dr. William Mayo
Que es Salud Digital?
¿Es el uso de tecnologías como ciencia de data, telemedicina, wearables, dispositivos avanzados?
¿Es dinero? ¿Un mercado de 254 mil millones de dólares al año, proyectado por McKinsey a ser 857 Mil millones al año en el 2023?
¿Es un instrumento para lograr medicina centrada en pacientes?
¿Es un instrumento para llevar valor (resultados/costos) a los sistemas de salud?
¿Es un instrumento para lograr, equidad, calidad y justicia?
La salud digital se refiere a todo la citado (y mucho más) al uso de tecnologías digitales para mejorar la prestación de servicios de atención médica. Es un campo en constante evolución que busca aprovechar las ventajas de la tecnología para mejorar el acceso, la calidad y la eficiencia de la atención médica.
La Salud Digital en Latinoamérica y el Caribe se presenta como una fuerza transformadora que impulsa la equidad y la justicia en la atención médica. En un contexto donde la región busca superar desafíos históricos y avanzar hacia un sistema de salud más inclusivo, la salud digital se erige como un catalizador clave, focalizándose principalmente en el paradigma de Value-Based Healthcare (resultados/costos).
Una de las tecnologías destacadas es la telemedicina, que emerge como un puente esencial para superar las barreras geográficas y económicas. Esta herramienta conecta a pacientes en áreas remotas y rurales con profesionales de la salud, permitiendo consultas a distancia y acceso a servicios médicos de calidad. La telemedicina no solo facilita la atención médica, sino que también desempeña un papel crucial en la reducción de disparidades en el acceso a la atención médica, contribuyendo así a la equidad.
Las aplicaciones móviles de salud y la inteligencia artificial son otros elementos fundamentales en esta revolución digital. Al unirse, ofrecen soluciones personalizadas y monitoreo continuo, particularmente beneficiosos para comunidades subatendidas. Estos avances no solo mejoran la eficiencia del sistema de salud, sino que también desempeñan un papel preventivo y de gestión de enfermedades crónicas, abordando problemas de salud a largo plazo de manera más efectiva.
En el marco de la equidad, es esencial resaltar el impacto positivo de estas tecnologías en áreas remotas y rurales. La salud digital no solo proporciona acceso a servicios médicos, sino que también desempeña un papel vital al ofrecer educación médica virtual. Esto contribuye significativamente a reducir la brecha de información en comunidades donde el acceso a recursos puede ser limitado. La combinación de telemedicina, aplicaciones móviles y educación virtual trabaja en conjunto para fortalecer la base de conocimientos sobre salud y promover prácticas saludables en estas regiones.
Al adoptar estas tecnologías, se está trazando un camino hacia un sistema de salud más inclusivo y justo en Latinoamérica y el Caribe. La perspectiva centrada en Value-Based Healthcare no solo busca mejorar la accesibilidad a la atención médica, sino también impulsar la eficiencia del sistema, maximizando los resultados para cada dólar invertido. Este enfoque integral no solo transforma la salud, sino que también sienta las bases para un futuro más equitativo y saludable para todos.
Durante la pandemia, hemos tenido experiencias importantes en la República Dominicana con el uso de tecnologías de salud digital. La telemedicina crítica, implementada en colaboración con AMCHAN RD, ha actuado como un multiplicador de fuerzas, permitiendo a los profesionales especialistas médicos brindar atención crítica a distancia. Además, mediante la ciencia de datos y la armonización de los sistemas de datos, hemos creado un panel integrado que nos ha permitido desarrollar sistemas de modelado predictivo capaces de anticipar los sitios de brote con 4-6 semanas de anticipación todo dentro de un centro de mando tipo fusión de inteligencia epidemiológica integrando actores, públicos, privados, ONGs y organismos internacionales. También creamos un sistema de puntaje de riesgo basado en la población que mapeó, con nombre, identificación y dirección, a cada dominicano en riesgo de fallecer por COVID-19 (el único en la región). Al integrar un modelo matemático bayesiano, obtuvimos información sobre la capacidad de atención médica a nivel municipal y hemos comprendido los esfuerzos y fortalezas del sistema. Con estas y otras experiencias, en República Dominicana hemos comprendido el valor de la salud digital.
Sin embargo, surge la pregunta de cómo la salud digital puede generar valor en sistemas heterogéneos de 35 países soberanos con sistemas de salud y PIB en salud muy diferentes. La respuesta a esta pregunta es un desafío importante. Cada país tiene su propio contexto y desafíos únicos. Es necesario encontrar formas de utilizar los datos de manera efectiva y adaptada a las realidades de cada sistema de salud. Esto implica considerar las diferencias en infraestructura, recursos y necesidades de cada país. Además, es fundamental promover la colaboración y el intercambio de mejores prácticas entre los países para aprender de las experiencias exitosas y abordar los desafíos comunes. Al hacerlo, podemos aprovechar el valor de los datos para mejorar la atención médica en estos sistemas heterogéneos. La salud digital tiene el potencial de generar valor en las Américas, a pesar de la diversidad de sistemas de salud y gastos públicos variables en cada país. En un entorno con 35 naciones soberanas, donde el gasto público en salud varía desde aproximadamente el 17.3% del PIB en Estados Unidos, que equivale a unos 12,500 dólares por persona, hasta el 3.3% en Haití, con solo 43 dólares por persona en 2021 (una disminución desde el 6.2% en 2018), es fundamental encontrar formas de armonizar la equidad de valor y estandarizar las perspectivas de costo y resultados.
Para lograr equidad y justicia en el acceso a la salud digital, es necesario que estas tecnologías estén disponibles y se ajusten a las realidades socioeconómicas de cada país. Esto implica considerar las diferencias en infraestructura, recursos y necesidades de cada sistema de salud. Es importante desarrollar soluciones adaptadas a los contextos específicos, que sean asequibles y accesibles para todas las personas, independientemente de su nivel socioeconómico.
Además, es esencial promover la colaboración y el intercambio de mejores prácticas entre los países de las Américas. Esto permitirá aprender de las experiencias exitosas y abordar los desafíos comunes en la implementación de la salud digital. La estandarización de los enfoques y la creación de marcos regulatorios claros también pueden contribuir a la equidad y la justicia en la implementación de estas tecnologías.
En resumen, para generar valor en las Américas a través de la salud digital, es necesario encontrar formas de armonizar la equidad de valor y estandarizar las perspectivas de costo y resultados en un entorno con sistemas de salud y gastos públicos variables. Esto implica ajustar las tecnologías a las realidades socioeconómicas de cada país y promover la colaboración y el intercambio de mejores prácticas entre las naciones. Al hacerlo, podemos avanzar hacia un acceso más equitativo y una atención médica de calidad para todos en la región.
El autor es Asesor Salud del Poder Ejecutivo de la República Dominicana. Ponencia presentada durante el foro Americas RISE for Health en Punta Cana, marzo 11 del 2024.