Razones por las que no encuentras pareja
No logro entender por qué una amiga con todos los atributos deseables en una buena pareja no encuentra pareja.
Generalmente, la respuesta que tendemos a dar las mujeres, frente a una situación así, es que el “problema” no es nuestro, sino de ellos. No son comprometidos, nos tienen miedo, nuestra independencia los desorienta, son inmaduros, les gustamos pero no se atreven a expresarlo. Cualquier argumento es válido a la hora de buscar una razón por la que esa amiga “casi perfecta” (para nosotros) sigue sin pareja.
Sin embargo, se trata de una serie de motivos que sólo entregan una tranquilidad momentánea. Una vez que te sitúas en el mundo y te conectas con el deseo de tener pareja ocurre lo que explica la sicóloga clínica Alejandra Espinosa. “Al centrarte en que a tu alrededor aparentemente todos están en pareja, se va provocando una especie de ansiedad y angustia por querer conocer a alguien, ya sea por un sentimiento de soledad o por un sentir que pasa el tiempo y los años, y tú sigues sin encontrar a esa persona con quien compartir tus proyectos y la posibilidad de formar una familia. Esto lleva a que termines aceptando muchas veces al primer individuo que aparece en tu camino o, definitivamente, te cierras y te convences de que es mejor estar sola y que el estar en pareja no es para ti”.
Todos son mecanismos de defensa que te sacan del verdadero tema: ¿cuánta responsabilidad tienes tú de estar soltera? A través de libros publicados, investigaciones sobre la generación que hoy tiene entre 30 y 40 años, y expertos que estudiaron las causas, hicimos un pequeño resumen que podría darle sentido.
1. Motivación equivocada. El primer gran error ocurre cuando la persona aún no se siente completa y cree que el otro va a llenar vacíos que tiene de manera individual. De esa manera, pone “en el otro” la responsabilidad de hacerla feliz. Una expectativa tan grande pocas veces va a tener una consecuencia distinta a la decepción de no lograr el objetivo.
2. Elecciones erradas. La siquiatra María Leonardi, autora de “El difícil arte de encontrar pareja”, enuncia en su libro algunos de los motivos más frecuentes por los que las personas escogen mal y las relaciones no llegan a ninguna parte: la soledad, baja autoestima, temor al desapego y miedo al compromiso.
3. ¡Conocí a un “dios”! La misma experta detalla que si ves a un hombre y te deslumbras, y a partir de ahí lo pones en un pedestal, ya empezamos mal.
4. Efectivamente, de Marte y Venus. La consultora D Alessio IROL, en Argentina, plantea que hombres y mujeres buscamos cosas distintas, y eso influye en una óptima relación. En el caso de las mujeres, valoran más la construcción de un vínculo: compañerismo, fidelidad. En cambio, los hombres privilegian las cualidades físicas: atractivo, seducción y buena apariencia física.
5. El nuevo hombre, la nueva mujer = la nueva pareja. Ojo con la redefinición de los roles. ¿Qué hacemos las mujeres? ¿Por qué queremos casarnos, el nido, la casita? Los modelos están cambiando y lo difícil es ver dónde se ubica cada uno. Es momento de revisar lo que realmente quieres. Las opciones son 2: o reafirmas o haces un gran descubrimiento.
6. El letal enamoramiento instantáneo. “Es un error pensar: ’No te conozco y ya siento que eres el hombre de mi vida y me quiero casar’”, explica la sicóloga clínica Alejandra Espinosa.
7. Mientras más posibilidades, más difícil optar por una. Así como un celular todos los meses se vuelve viejo, lo mismo parece estar pasando con los vínculos: ¿Y si me quedo con éste y me pierdo algo mejor? “Hoy en día, la dificultad para construir una relación de pareja está teñida por algunas características de la cultura de la inmediatez y de la satisfacción inmediata, en la que las personas se convierten en objetos de consumo”, dijo el escritor, periodista y sicólogo Sergio Sinay, especialista en vínculos humanos y sicología masculina.
8. La eterna adolescencia. El mismo experto detalla que la dificultad para conseguir pareja tiene que ver con un tema de maduración, ya que las personas se comprometen en la medida en que maduran. La adolescencia se ha prolongado y formar un vínculo de pareja estable resulta difícil.
9. Otro consejo es centrarte en tu propia vida. ¿Qué quiere decir eso? Valorar lo que hacemos como individuos (autoestima) y, tras eso, ver cómo te relacionas con un hombre. El gran problema ocurre cuando al hombre se le asigna la misión de llenar nuestros vacíos.