¿Sabes lo que pasa en nuestro cuerpo al dormir bien? ¡Te encantará!
¿Sabías que dormir bien es fundamental para que nuestra dermis se regenere? Así, un mal descanso puede derivar en la aparición de arrugas prematuras y en un tono de piel más apagado.
Nuestro descanso nocturno es más importante de lo que puede parecer.
Para almacenar correctamente nuevos conocimientos o datos en nuestra mente, es aconsejable dormir bien dos horas después de las cinco siguientes a haber recibido la información.
La importancia del descanso mientras dormimos
Todos lo hemos experimentado más de una vez. La noche que descansamos de forma insuficiente, estamos agotados el día siguiente.
Tenemos los ojos enrojecidos, poca energía y, en general, un mal cuerpo que mermará nuestra actividad diaria.
Podemos pensar que, durante la noche, la actividad corporal disminuye mucho. Nada más lejos de la realidad.
Es más bien al contrario, durante la noche, el organismo libera hormonas que nos ayudan a mantener el bienestar a lo largo del día.
Estas hormonas se van a convertir en aliadas de nuestra salud y también de nuestro aspecto exterior.
Dormir bien es imprescindible
Está claro que el sueño además de muy beneficioso, es imprescindible para nosotros. Pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo.
Las fases del sueño
Todas las horas del sueño no son iguales ni inciden en nuestro cuerpo de la misma forma.
Cuando dormimos vamos pasando por diferentes etapas, que se repiten a lo largo de toda la noche.
- Las primeras, las fases 1 y 2, nos regalan un sueño ligero en el que la musculatura se relaja.
La presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respiratoria descienden, y se registra una menor actividad cerebral.
- Durante las fases 3 y 4, el sueño es profundo, las ondas cerebrales son muy lentas. A estas ondas se las denomina ondas celta.
- ¿Cuál es la conocida fase REM? Estas siglas derivan del inglés “Rapid Eye Movement”, es decir, un rápido movimiento de los ojos.
En esta fase se registra un alto nivel de actividad cerebral, en contraste con la gran relajación muscular. En ella se producen la mayoría de los sueños que solemos recordar.
Dormir bien, una fábrica de músculo
Cuando descansamos tumbados, nuestro organismo descansa más y mejor.
Nuestra posición horizontal facilita que las articulaciones soporten menos peso que durante el día. Además, ello hace posible que los músculos se liberen de la tensión, se relajen y se regeneren.
Durante las fases 3 y 4 nuestro organismo va a segregar la hormona del crecimiento, que resulta muy importante para la regeneración muscular.
Esta hormona es imprescindible para los niños, y por ello su descanso nocturno (o, en el caso de los bebés, a lo largo del día) debe ser dilatado y muy profundo.
Además del descanso nocturno, una buena siesta puede ser también muy reparadora. No obstante, en ningún caso debe ser demasiado larga ni sustituir al sueño nocturno.
Dormir bien cura enfermedades
Nuestro sistema inmunitario se fortalecerá mediante un sueño reparador. También el sistema circulatorio se beneficia durante el sueño.
Al descender la presión arterial, el corazón necesita realizar menos esfuerzo para bombear sangre a todo el sistema circulatorio.
- Al dormir bien, el equilibrio en nuestro organismo se mantiene.
- Si no lo hacemos correctamente, el sistema inmunitario se ve afectado y nos volvemos más vulnerables a determinadas enfermedades, como las infecciones por virus.
Cuando estamos enfermos, nuestro cuerpo repone la energía con más dificultad y por ello es importante dormir más.
La vista
Algunos productos cosméticos para uso nocturno basan su efecto en eso, en que durante el sueño las células se regeneran más deprisa y la piel asimila mejor los activos nutritivos.
La falta de sueño provoca algunas alteraciones en la película lagrimal que debe proteger la córnea.
Las personas con tendencia a la retención de líquidos o bolsas grasas pueden tener un empeoramiento en periodos de descanso inadecuado.
Las consecuencias son visibles en nuestro rostro. Por ello, uno de los grandes consejos de belleza es el de dormir bien.
Sacudidas hípnicas
Más de la mitad de las personas sufrimos espasmos cuando dormimos, lo que se llama mioclonos nocturnos o sacudidas hípnicas.
Todos hemos tenido alguna vez la sensación de que la pierna se nos mueve sola, o de que caemos de la cama.
El bruxismo
El rechinado de dientes mientras dormimos también es habitual.
Aunque sus causas no se conocen de forma detallada, el estrés puede ser un condicionante, así como la postura elegida para dormir bien, la alimentación, etc.
Parálisis de sueño
A veces nuestro organismo puede paralizar nuestros músculos mientras dormimos y así evitar que se muevan en función de lo que estamos soñando.
Cuando hay fallos y estamos semidespiertos, no somos capaces de mover músculos. Se llama parálisis de sueño.
Excitación sexual
Es habitual que los hombres tengan erecciones nocturnas durante el sueño. La sangre se oxigena más en el descanso provocando este tipo de reacción, de tres a cinco veces durante la noche.
También sucede en las mujeres, que notan impulsos en sus genitales e incluso pueden llegar a tener orgasmos, generalmente producidos por un sueño subido de tono.