Saltarse una comida es un sabotaje a la dieta
¿El ayuno engorda? Parece que si, ya que un pequeño estudio científico realizado por profesionales de la Universidad de Cornell, en EE.UU, mostró que los personas que siguen una dieta y se saltean una comida teminan luego eligiendo e ingiriendo comidas con un mayor porcentaje de calorías.
Incluso privarse por unas horas de una comida genera que el “hambriento” termine comprando más comida en, por ejemplo, un shopping, y eligiendo alimentos hasta un 31% más altos en calorías.
“La gente se saltea comidas para todo tipo de razones -dietas, ayunos, horarios complejos, demanda laboral o asuntos familiares”, explicó la doctora Aner Tal, del equipo del Laborario de Alimentos de Cornell y responsable principal del estudio en cuestión.
Pero no importa la razón por la que cada uno se saltea un almuerzo o una cena, igualmente todas estas situaciones pueden tener un impacto importante en la nutrición.
La razón es que una persona con hambre termina luego prefiriendo comidas y snacks como papas fritas y helados en lugar de fruta, verdura o lácteos descremados”.
NO SALIR CON HAMBRE
En el estudio participaron 68 personas que solían saltearse comidas. A la mitad se les entregó barritas saludables para que “engañen” el hambre. Y a la otra mitad no se les dio nada.
Luego le pidieron a todos que hagan compras y eligieran alimentos durante las horas siguientes a “saltearse” esa comida y estando hambrientos.
El resultado fue llamativo: los compradores con hambre evitaron -en general- las barritas y compraron un 18% más de comida, que cuando compraban alimentos sin estar hambrientos por evitar el almuerzo, cena o desayuno.
Pero además, no solo comieron más sino que también prefirieron comida con hasta un 31% de mayor valor calórico que al comprar cosas para comer estando “bien” alimentados” y sin saltearse una colación.
Claramente, el mejor consejo para evitar este fenómeno de sobreconsumismo calórico para quienes están llevando adelante una dieta es no el saltearse una comida en forma total. Y recordaron que “el desayuno es la comida más omitida”.