Se nos pierde la dominicanidad
Cada año desde el 26 de enero hasta el 27 de febrero nuestro país conmemora el “Mes de la Patria”, en este marco se engloban el natalicio de Duarte, de Matías R. Mella y el día de la Independencia. Como parte de ello, se realizan diversas actividades orientadas a ensalzar la grandeza de la patria y la memoria de los héroes.
Pero la Patria, parece tener vida solo en estas fechas, el resto del año al pueblo se le olvida la dominicanidad y se le pierde la bandera entre las de los partidos políticos que se disputan, aun cuando no hay contiendas electorales, las jerarquías nacionales.
Mientras tanto nuestros niños y jóvenes no conocen nuestros orígenes. Es realmente vergonzoso admitirlo, pero nuestra historia patria es un acontecimiento épico y legendario para las nuevas generaciones que apenas logran distinguir, en el mejor de los casos, los rostros de los padres de la Patria en sus libros de texto.
No se trata solo de una deficiencia del sistema educativo, no es competencia única de los profesores, es más bien un desapego, un desamor por la dominicanidad. En cambio, hasta las redes sociales han servido de vehículo de difusión de una identidad dominicana arraigada a cualidades culturales tanto nuestras como extranjeras, pero la esencia de lo que somos como país y la libertad que los próceres nos otorgaron, eso, eso nadie lo recuerda.
Se nos pierde de a poquito la dominicanidad entre la transculturación y el homicidio de nuestras raíces, se nos pierde porque lo de “afuera” siempre es lo mejor, se nos pierde porque negamos nuestra identidad por dinero, se nos pierde y nadie hace nada por rescatarla. Y peor aun los dominicanos de la diáspora, no todos, pero muchos se adhieren como rémoras a las culturas de los países que los acogen y su descendencia “son dominicanos” para venir de vacaciones al país y vestirse de los colores nacionales en los desfiles de verano, pero no tienen la menor idea de que significa al menos uno de esos tres colores.
Entonces que, ¿dejaremos que se nos escurra la dominicanidad sin intervenir en ello?