2) Los tocamos “por casualidad”. Si la mujer de repente le toca el brazo, le acomoda la camisa, o incluso llega a rozarle la pierna con la suya, es un indicio de que quiere acercarse. ¡No hay que desaprovecharlo!
3) Coincidimos en casi todo. Cuando a la mujer le gusta su compañero, buscará la manera de que se encuentren de forma “fortuita”. Parecería que ella le leyera la mente y adivinara lo que el hombre va a hacer.
4) Lanzamos miradas intermitentes. “Debés aprender a mirarlas indirectamente. No es difícil, lo que necesitás precisar es si ellas tratan de verte cuando no las estás mirando. Si es así, has llamado su atención”, aconseja Rosas a la platea masculina.
5) Jugamos con el pelo. Las mujeres siempre están acomodándose el cabello; es una costumbre automática, que el 99% del tiempo no tiene nada que ver con el coqueteo. Pero el 1% restante tiene una función biológica: sacudir las feromonas de su piel hacia los hombres (recuerden la importancia que tiene el sentido del olfato en la seducción).
6) Nos sentamos en pose. Si la mujer está sentada al lado de un hombre que le interesa, al cruzar las piernas pondrá la más alejada de él por encima de la otra, para mostrar mejor la pantorrilla. En esta posición, los músculos de la pierna se ven más tersos y provocativos.
7) Dirigimos la cara hacia él. Cuando la mujer se siente atraída, su pera estará ligeramente orientada hacia el hombre. Este es uno de los “ejes” de la atención, que dice inmediatamente si a ella le interesa lo que él está diciendo. Recordemos que a las mujeres les gusta hablar de frente.
8) Tenemos los pies un poco separados. Una investigación indica que cuando una mujer está parada, el dinamismo con el que mantiene el equilibrio nos dice la emoción que siente. Si ambas piernas están derechas e inexpresivas, su pasión está muy lejos. Si están un poco abiertas o si ella juega con los tobillos, está nerviosa, pero con certeza no está distante.
9) Recordamos detalles de conversaciones anteriores (que a veces ni él mismo tiene presente). Una mujer, por más distraída que sea, no olvida pequeños detalles de lo que un hombre dice, si le parece interesante.
10) No nos sentimos intimidada por su proximidad. Si él de verdad le gusta, a la mujer no le importará que el hombre se acerque a ella. Eso sí: él no debería “avanzar” en un momento inoportuno ni ser demasiado impulsivo.