“Siempre supe que tenía gustos extravagantes en cuanto al sexo”: el curioso mundo de los humanos que se comportan como perros
“Siempre supe que tenía gustos extravagantes en cuanto al sexo. Y hace un par de años, en Londres, descubrí la comunidad de los humanos-perros”, cuenta Pup Bain, quien ahora es uno de ellos.
“Desde ahí me di cuenta que disfruto vestirme como uno y comportarme como tal”, le dice a BBC Mundo.
Pup Bain –un nombre que se podría traducir al español como “Cachorro Bain”– es holandés, vive en la capital británica, y en su día a día se dedica al diseño web.
Se describe a sí mismo como tímido e introvertido. Un comportamiento completamente opuesto al que tiene cuando se transforma en perro.
“Mi personalidad humana y mi personalidad canina se complementan y eso me permite encontrar un equilibrio”, dice.
“Mi personalidad humana es supremamente introvertida en contraste con mi personalidad canina”, explica.
“Con esta me transformo y adopto una actitud mucho más alegre y expresiva”.
Tipo de fetichismo
El de los humanos-perros es un estilo de vida que se desprende de las prácticas más conocidas de sumisión y sado-masoquismo
Según sus practicantes, empezó a popularizarse hace aproximadamente 15 años, cuando internet facilitó la comunicación entre aquellos que comparten este tipo particular de fetichismo.
Aunque en la comunidad hay todo tipo de personas, sus integrantes suelen ser hombres homosexuales. A muchos simplemente les gusta vestirse con prendas de cuero. Otras personas encuentran placer en el tipo de interacción típica de la relación entre una mascota y su amo.
Y como explica un documental recientemente transmitido en Reino Unido por Channel 4 –The Secret Life of the Human Pups (“La vida secreta de los cachorros humanos”)– la práctica no tienen ningún tipo de relación con la zoofilia.
Además, si bien este tipo de relaciones ciertamente tienen un vínculo con lo erótico, no siempre está relacionado con la sexualidad: muchos grupos de humanos-perros se reúnen simplemente a jugar.
Por lo demás dentro de las comunidades de humanos-perros existen dos tipos de roles: amo y mascota.
Y la relación y las dinámicas que se desarrollan entre ambos son exactamente iguales a las que existen entre un humano y una verdadera mascota animal, le explicaron varios de ellos a BBC Mundo.
El que juega el rol dominante, puede ser bien un dueño o nada más un encargado del humano-perro.
Olvidar las preocupaciones
Tener un dueño implica tener una relación más estable, constante y comprometida.
Y el humano-perro que encuentra uno, automáticamente debe poner en su collar una placa con el nombre y los datos de la persona a la que le pertenece.