Síntomas de una enfermedad en el riñón
Es fundamental saber reconocer los síntomas de las enfermedades renales para poder obtener un diagnóstico precoz, de modo que el tratamiento pueda llevarse a cabo lo antes posible.
¿Sabías que la mayoría de las personas que padecen problemas renales no están conscientes de ello? Esto se debe a que los primeros síntomas son casi imperceptibles. Pueden pasar varios años desde que comienzan las señales de insuficiencia renal a una enfermedad renal, que no es lo mismo. Aprende cuáles son los síntomas de una enfermedad en el riñón en el siguiente artículo.
El conocimiento es poder: señales de que puedes padecer problemas renales
Los médicos afirman que los pacientes, conscientes o no, de enfermedades en los riñones y sin importar en qué fase se encuentre su dolencia, han de conocer sus síntomas para poder actuar lo antes posible. Así, el tratamiento es más eficaz y menos duradero. Los siguientes son los signos más habituales de que una persona está padeciendo de una insuficiencia renal, por lo que es vital prestar atención.
Si sufres de al menos dos o tres de ellos, es vital que no te preocupes innecesariamente, pero si que visites a tu médico y te realices análisis de sangre y de orina. Igualmente ten en cuenta que muchos de estos síntomas no están solamente relacionados a problemas renales, por lo que también es bueno saberlos.
- Cambios de micción: cuando los riñones fallan, la orina cambia. Tal vez tengas que levantarte durante la noche para ir al baño, el líquido sea espumoso o con burbujas, tienes que orinar más veces o en mayores cantidades y la orina es pálida o todo lo contrario, pasan muchas horas y es oscura, contiene sangre, piensas que no puedes aguantar o tienes dificultades, estrechez en la parte inferior de la pelvis o mucha presión.
- Hinchazón: cuando los riñones son insuficientes no pueden deshacerse de los fluidos adicionales, por lo que se acumulan en el cuerpo ocasionando inflamación en las piernas, los tobillos, las manos y el rostro.
- Fatiga: Los riñones al estar sanos producen una hormona que se llama eritropoyetina. Es la responsable de que el organismo cree glóbulos rojos, los encargados de transportar el oxígeno hacia la sangre. A medida que los órganos renales van fallando, también disminuye la producción de esta hormona. Entonces, los músculos y la mente se cansa más rápido que lo habitual. Los pacientes no tienen energía ni ganas de hacer nada, duermen mucho, están agotados, debilitados, exhaustos sin demasiado esfuerzo. Se conoce este cuadro como anemia y también se puede deber a una falta de hierro en la alimentación.
- Erupción cutánea o picor: los desechos de la sangre son eliminados a través de los riñones. Cuando éstos no funcionan correctamente, se van acumulando en el torrente sanguíneo y pueden ocasionar picores fuertes, que van más allá de lapiel, se sienten en los músculos o los huesos.
- Sabor metálico en la boca o aliento a amoníaco: cuando se acumulan los desechos en la sangre (es decir, uremia), el sabor de los alimentos puede cambiar y provocar halitosis. También algunos pacientes se dan cuenta de que ya no les gusta el sabor de la carne o que pierden peso porque no tienen deseos de comer. El gusto en la boca en cualquier momento del día es asqueroso y no se va por cepillarse los dientes, hacer buches, comer chicle, etc.
- Náuseas y vómitos: nuevamente por causa de la uremia. También puede ocasionar pérdida de apetito, adelgazar varios kilos, el estómago que no puede retener alimentos ni siquiera líquidos o medicamentos. Todo es rechazado.
- Falta de aliento: es decir, dificultad para respirar. Esto puede estar relacionado a una falla en los pulmones de dos formas diferentes. En primer lugar, porque el fluido extra que ellos no pueden eliminar se está acumulando en los pulmones y en segundo porque la anemia (falta de glóbulos rojos que transportan oxígeno a la sangre) dejan al organismo debilitado y con falta de aliento. Puede experimentarse sin necesidad de hacer ejercicio o un esfuerzo, sólo estando sentado o acostado, sin hacer nada más.
- Sentir mucho frío en cualquier época del año: la anemia puede hacer que una persona sufra del frío aún cuando el ambiente está calefaccionado, se encuentre bien abrigado o haya varias frazadas en su cama. Tampoco cesa por beber un téo un café bien caliente ni dándose un baño con agua casi hirviendo. Puede ocurrir que en verano con altas temperaturas la persona también sienta mucho frío en su casa o en la calle o el trabajo. Escalofríos, entumecimientos de los miembros, sudor frío son otros síntomas relacionados.
- Mareos y problemas para concentrarse: la anemia causada por la insuficiencia renal quiere decir que la mente no está recibiendo la cantidad de oxígeno que necesita. Esto puede traer como consecuencia inconvenientes para recordar algo o memorizar, mareos, poca concentración en cualquier tarea que se está haciendo, dispersión, poca atención cuando se le habla, etc. No poder recordar lo que se hizo la semana anterior, el nombre de un familiar, sentirse mareado todo el tiempo, etc.
- Dolor en la espalda: algunas personas que padecen problemas renales y no lo saben lo pueden atribuir a un gran esfuerzo, una mala postura en el trabajo o hasta dormir mal a la noche. Sin embargo, cuando este dolor se mantienen quiere decir otra cosa. La molestia, punción o hasta calambres se localizan en la parte baja de la espalda o en el costado del cuerpo. A veces el dolor llega hasta una de las piernas o ambas. Si el paciente padece una poliquistosis renal (es decir, una acumulación de quistes en los riñones o el hígado) también puede sufrir grandes dolores en la zona.