Stephen Curry, la estrella de una nueva era
Hace apenas unos días se cumplieron 125 años del nacimiento del baloncesto. Un deporte clásico, fiel a sus raíces, aunque muy diferente al que en su día diseñó el profesor James Naismith. Seguramente él nunca hubiera imaginado que un siglo después de su invención la principal vía de ataque a la canasta estaría situada casi a siete metros de distancia. El lanzamiento triple es cada temporada más importante en la NBA. Un arte que ha encontrado enStephen Curry, de Golden State Warriors, a su mejor exponente.
La nueva estrella de la NBA, al que muchos consideran ya el mejor tirador de la historia, ha hecho del lanzamiento exterior un arma habitual, lejos del recurso ocasional que era en los albores de la liga. No fue hasta la década de los 70 cuando Jerry West -la estrella de los Lakers cuya figura aparece en el logo actual de la NBA- se convirtió en el primer gran jugador exterior de la historia. Una especie de pionero al que siguieron otros muchos. Jugadores casi siempre de segunda fila, a la sombra de los pívots, cuyo dominio era entonces principal en la NBA. De hecho, no fue hasta la década de los 90 cuando se empezó a abandonar paulatinamente la zona para buscar la producción ofensiva lejos de ella.
De la zona al perímetro
El promedio de lanzamientos de tres por partido ha ido creciendo de manera exponencial en los últimos quince años. En la primera temporada de este siglo, la media de triples era de algo más de 13 por encuentro. Una cifra que se ha duplicado en la campaña actual, en la que se intentan más de 26 lanzamientos de tres. Para explicar ese alejamiento del aro hay que recurrir a la evolución física y táctica del juego. La mejora defensiva de los equipos obligó a los entrenadores a reducir los balones dirigidos a la pintura, donde apenas quedaba espacio para maniobrar. Así fueron emergiendo los grandes especialistas de la distancia. Nombres de leyenda como Larry Bird, Reggie Miller, Ray Allen o Steve Kerr. Todos ellos en la memoria colectiva de los aficionados por su tiro de tres. Todos ellos conectados de una u otra forma con Curry.
Kerr, excampeón con los Bulls de Jordan y entrenador de Curry en los Warriors, mantiene a duras penas el récord de efectividad desde más allá del arco. Es cuestión de tiempo que su pupilo supere ese acierto superior al 45 por ciento que hace poco parecía imposible romper y que Curry tiene ahora mismo al alcance de su muñeca. El base anota casi cinco triples por partido este año, cuatro de ellos desde más allá de los 7,5 metros -la línea de triple está situada a 6,75-, lo que evidencia la facilidad que tiene para acertar desde la distancia y lo que le hace casi indefendible.
Nadie duda de que Curry acabará más pronto que tarde con el récord de triples de Allen, cuyo promedio -2,8 triples por encuentro- es infinitamente inferior al que ostenta el nuevo ídolo de la NBA. Para Bird y Reggie Miller, quizá dos de los iconos más claros del triple en la liga, Curry es ya el mejor lanzador de la historia, aunque falta por saber si le valdrá con eso para marcar una época en el baloncesto mundial. Tras seis temporadas en la NBA, Curry ha ganado un anillo que aspira a repetir este año. Lejos aún de los tres que acumulaba Kobe Bryant a esa altura de su carrera, pero por encima de lo que habían conseguido en su sexta campaña tanto Michael Jordan como LeBron.